Dolido de verdad, pero también aliviado; Martín Müller cargaba el recuerdo de perder la categoría con San Isidro en 2003 y el base sanfrancisqueño no se guardó nada en la noche de domingo. La mochila era demasiada pesada para alguien que es de esta tierra, que lo sufrió de la misma manera que Sciutto y Aimaretti, los que tienen ese sentido de pertenencia tan vivo por el rojo de calle Corrientes.
Las caras eran de desazón por la derrota ante Oberá, si ganaban se metían en playoffs pero 40 segundos antes de culminar el juego con los misioneros, el final de Deportivo Norte en Armstrong ante Echagüe, con triunfo de los locales, aseguraban la permanencia del “santo”.
Müller, como siempre fue sincero con DIARIOSPORTS: “Nosotros hacía desde hace diez fechas que teníamos como primer objetivo salvar la categoría, obviamente que el optimismo de poder ingresar a playoffs lo teníamos pero también teníamos que ser realista, desde principio de enero que estábamos peleando los tres puestos de abajo. Más allá de todas las ventajas que dimos por tener una planilla más acotada, tuvimos la ilusión de pelear un playoffs. La competencia dispuso que no fuimos los peores de la zona y el torneo se terminó acá. Tenemos que hacer un mea culpa sabiendo que muchas cosas se hicieron mal y aferrarse a lo bueno y cada uno tomarse revancha desde el lugar que le toque”, expresó el jugador de 32 años.
Martín surgió de Asociación El Ceibo, pero sus sentimientos por San Isidro son tan reales como la presión que él mismo tenía por dejar al club en la divisional: “Para mí jugar un playout hubiese sido terrible, yo a este club lo quiero mucho, son siete años acá, mi gente está toda acá, me pasó una vez perder la categoría con esta institución y después de eso fueron 18 temporadas más y me tocaron muchas cosas lindas, pero ese sabor nunca me lo pude sacar y siempre me marcó. Nunca me imaginé volver a estar en San Isidro peleando por algo similar, entonces para mí el partido con Oberá era muy especial, ganar nos cambiaba el panorama pero lamentablemente no alcanzó. Tuvimos una pizca de suerte para dejar al club en la categoría, una institución que se merece estar en plano nacional por la manera que se trabaja” dijo.
Una temporada en la que pocos serán los puntos positivos para extraer y el juego con Oberá fue un resumen en 40 minutos: “Con Oberá resumimos todo lo que fue la temporada, perdimos en la última bola con un triple de un Sub23 de ocho metros y con tablero. Eso marca el camino que tuvimos en la temporada, más allá de las ventajas que dimos no pegamos una. Por lo menos no nos tocó jugar un playout”.
La eliminación del equipo lleva a reformular varios puntos, sin saber cómo quedará conformada la plantilla de la 2018/2019, Martín Müller no quiso pensar más allá si continuará o no: “Con la sensación que tengo, mala y fea de no poner al equipo en playoffs, me duele muchísimo no poder tirar el equipo para arriba. El tiempo dirá, las circunstancias dirán y veremos cómo se dan las cosas, pero obviamente este lugar es un lugar que yo valoro y aprecio mucho”, concluyó.
