Lucas Quiroga la rompe en la categoría 2008 de Estrella del Sur. Es hijo de Cristian, ex jugador del club, y nieto de José Quiroga, histórico dirigente de la institución de Baby Fútbol. Te contamos su historia y presente.
Una familia marcada por una única camiseta del Baby Fútbol. Lucas, goleador y tricampeón de la primera (2008) de Estrella del Sur, quien acompañado por su papá y su abuelo, vive el fútbol de una manera muy especial.
Cristián, quien supo ser campeón de primera con la categoría 1989 de la mano de Rubén Pavón y ex jugador de Proyecto Crecer, acompaña a su lado cada paso en el deporte, entrenando juntos en tiempos de cuarentena, en su ya casi tres años jugando en Unión de Santa Fe y todo su paso por Estrella del Sur, su casa.
Es nieto del histórico dirigente del Baby Fútbol José Quiroga, quien sigue defendiendo esa pasión por los colores. A tal punto, que la tribuna principal de cemento la primera en la Baby de nuestra ciudad- lleva su nombre.
Lucas, un referente del gol
En su categoría fue goleador de casi todos los torneos oficiales que disputó. En 2017, con 47 y 43 goles en cada torneo; en 2018 goleador con 37 y 41, respectivamente; y en el Clausura 2019 con 27 goles. Solo una quebradura de tibia y peroné lo apartó de ese logro en el Apertura ’19, al volver en la mitad del campeonato y alcanzar el segundo lugar con 14 gritos.
Además, fue campeón en el Apertura 2017, Clausura 2018 y Apertura 2019.
Pero esta pandemia lo obligó a no poder desplegar todo su fútbol en el año de su retiro del Baby. “Me gustaría poder jugar y despedirme con mi categoría”, expresó Lucas.
Unión de Santa Fe y un futuro a base de esfuerzo
El padre de Lucas asegura que los logros no son casualidad. El niño entrena cinco veces a la semana desde que comenzó a jugar torneos oficiales en el Baby, tres días con la categoría y los restantes de forma particular.
De la mano de Alejandro Dalmasso llegó con 9 años (año 2017) a Unión de Santa Fe, para integrar el equipo pre AFA.
“Acá -en cancha de once- es más amplio, jugás más con el cuerpo. Los tiempos y los espacios son otros”, asegura Lucas, quien ya tiene la experiencia de haberse medido con grandes del fútbol argentino.
Antes del parate, entrenaba en el “tantegue” cada quince días bajo las ordenes de Franco Chávez y Pablo Secrestat, y los miércoles por la noche disputaba los partidos oficiales.
La familia, el pilar para seguir
Tanto Cristián como su papá José lo acompañan de cerca en este proceso. “Hizo toda su carrera en Estrella, y hace más de dos años y medio que juega en Unión. Lo quisieron fichar en Talleres y San Lorenzo, pero quiero que él se sienta bien y esté tranquilo. No me desespera que firme contrato. Cuando se tenga que dar, se dará”, aseguró el papá.
La idea es continuar en el 2021 en el equipo santafecino donde empezaría a jugar en la novena de AFA.
“Nosotros también hacemos un esfuerzo muy grande, llegamos a estar en Rosario a todo un sábado entero disputando un torneo, volvemos a jugar el Baby y al otro nos viajamos a otro torneo. Lo importante es el apoyo de la familia”, sostiene Cristian.
Hace más de un mes que el pequeño entrena con Gustavo “Pichuco” Bordese los 5 días de la semana. “Nada es casualidad, atrás hay un sacrificio enorme”, cerró.