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Nunca subestimar un esguince de tobillo

El esguince de tobillo es una de las lesiones musculoesqueléticas más frecuente en el deporte y con la cual convive día a día el fisioterapeuta deportivo. Se acompaña de dolor, hinchazón, y de perdida de funcionalidad por un periodo de tiempo.


Según la gravedad se puede clasificar en 3 grados:

•             Grado 1: se produce un estiramiento del ligamento afectado. El paciente puede caminar, existe dolor leve y en general los síntomas son escasos.

•             Grado 2: se produce la rotura parcial del ligamento, aparece dolor moderado acompañado de una inestabilidad articular leve. Existe inflamación y el paciente camina en posición antiálgica.

•             Grado 3: se produce rotura completa del ligamento, dolor intenso, deformidad, inflamación manifiesta. Inestabilidad articular y el sujeto no puede caminar ni apoyar el pie.

Según el mecanismo de lesión:

•             Inversión: el más frecuente, esguince externo. Se daña el ligamento lateral externo.

•             Eversión: el esguince interno es más raro debido a que el movimiento es más limitado

La mayoría de los pacientes que padecieron  un esguince lateral de tobillo, lamentablemente sufrirán un esguince adicional a lo largo de la vida, generando limitaciones físicas funcionales que se asocian con la disminución  de la actividad física y calidad de vida.

En muchos casos de pacientes con esguince lateral de tobillo y con inestabilidad crónica, derivan, a lo largo del tiempo en futuras artrosis de tobillo.

Es fundamental establecer un correcto diagnóstico clínico de las lesiones, para poder formular un correcto y adecuado tratamiento de rehabilitación para cada paciente en particular.

Como profesionales de la salud debemos encargarnos de promover esfuerzos para mejorar la prevención de la lesión teniendo en cuenta los factores de riesgo tanto intrínsecos (sobrepeso, edad, morfología del pie, alteraciones propioceptivas, déficit muscular, etc.), como extrínsecos (tipo de práctica deportiva, terreno de juego, calzado, etc), y encargarnos de educar al paciente en una atención temprana, en la adherencia de principio a fin  de un adecuado tratamiento de rehabilitación.

Resulta fundamental que el tratamiento sea integral, abarcando y haciendo hincapié en el fortalecimiento muscular, propiocepción articular, gesto deportivo y vuelta al deporte, para disminuir al mínimo las chances de volver a sufrir la misma lesión en un futuro.

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