Básquet

“No me quedé con ganas de algo, creo que hice todo lo que podía hacer”

Listo, decidido, convencido y con nuevos objetivos en su cabeza. Germán Sciutto se retiró como jugador, le puso fin a su carrera a los 43 años y desde la próxima semana arrancará como entrenador en Italia. Habló mano a mano con DSP.


Empezó a buscar todas las camisetas, las tenía perfectamente guardas, como el tesoro que son. “me falta la del ascenso del 98 que no la tengo acá”, iba comentando mientras recordaba alguna que otra anécdota por los clubes en lo que jugó. Está contento, se lo nota seguro con la decisión que tomó y convencido de arrancar la nueva etapa en su vida con las mismas ganas y pasión que como lo hizo como jugador.

Germán Sciutto se plató y dijo “hasta acá llegué, es momento de dar vuelta la página y arrancar de cero como entrenador”. Recibió a DIARIOSPORTS en su casa, el aro de básquet en la entrada de la misma ya dejó bien en claro que ahí se respira ese deporte. La camiseta de San Isidro por los 250 partidos colgada en la pared de una de las habitaciones, lo reafirma.

“Todavía no escribí nada, pero voy a gradecer a todos los clubes en los que jugué, pero no me va a costar poner la palabra me retiré, ya di vuelta la página, ya está decidido y totalmente asumido. Eso me pongo en la cabeza, tomé la decisión de ser entrenador y listo, no tengo dudas, si las tenía no habría aceptado la propuesta de Italia”, comenzó la charla, confirmando su destino próximo: Osimo de la cuarta división italiana.

“Hace unos diez días había dejando de ir al club, de entrenar, corría en la calle, pero no más de eso. Después de una semana fui a tirar al aro y no sentí ese fogonazo que siempre sentía a la hora de entrenar, pensé que podría ser por el año y medio sin jugar un partido oficial. Ahí nomás llegó la primera propuesta de un club como entrenador y eso me hizo pensar mucho. Casi al mismo instante llegó la oportunidad de ir a San Martín de Marcos Juárez a retirarme jugando el Provincial y me puso contra la espada y la pared”, relata.

El llamado que lo definió

“Analicé mucho de ir a Italia dentro de cuatro meses, después del Provincial, pero me quieren allá cuanto antes. No sabía que hacer hasta que me comuniqué con el “milli” Villar que me hizo ver algo que nadie me hacía ver. Me dijo en el mensaje que ya era un exjugador, que no podía seguir renegando y castigando el cuerpo, que ya había tenido mi carrera y que había terminado. Me dijo que lo de entrenador era bueno para mi futuro, que me veía bien por las ganas que tengo y eso me hizo hacer un clic para decidirme”.

Sus ganas de ser entrenador

“Ya tengo dos años del curso de entrenador, me falta un año para terminar, pero ahora en Italia las cosas cambian, allá iré entrenando y estudiando para tener el carnet allá. Lo tenía bien en claro desde hace tiempo que quiero ser entrenador, a la dirigencia de San Isidro les dije que quería ser entrenador de las inferiores, que quería comenzar a sumar experiencia en eso, sabía que si alguien me abría las puertas para ser entrenador, iba a encarar una nueva etapa de mi vida y eso se dio en Italia. Ya tomé la decisión y en Europa comenzaré la nueva etapa, ya me estoy preparando y desde los primeros días de septiembre iniciaré ese camino, me voy la semana próxima”.

No es lo mismo ser jugador que entrenador

“Tuve entrenadores que fueron jugadores, muchos entrenan pensando como si ellos estuvieran en la cancha. Hay que ser entrenador, obvio que tenés experiencias como jugador, pero en el juego no va contar lo que uno hacía. En la etapa de jugador vas viendo que está bueno de los entrenadores y que no me gustó, por eso hay que potenciar esas cosas buenas y no las malas”.

En Osimo, el comienzo de lo nuevo, luego del final como jugador

“En ese club jugué mi último partido oficial y ahí comenzará mi nueva etapa. Tengo muy buena relación, muy buenas personas y amigos. Cuando estuve allá les presenté un proyecto a futuro y desde el momento seguimos hablando de lo que se puede hacer. El presidente me habló, me dijo que me quería pero no como jugador, sino como entrenador. Es cuarta categoría, semiprofesional, por eso gran parte del plantel trabaja de otra cosa además de jugar básquet. Por eso la idea es entrenar a los reclutados y a los chicos de primera en la mañana. A la noche el entrenador principal se hace cargo y yo le doy una mano como asistente”.

¿Qué te llevás, de todos los años, en tu etapa como jugador?

Me quedo con la vivencia, con toda la gente muy buena que conocí. Tengo muchos amigos gracias al básquet. No me quedé con ganas de algo, creo que hice todo lo que podía hacer, no me sobró nada por dejar, siempre quise dejar en cada club que jugué lo mejor, de que no era por la plata, si un trabajo con toda la responsabilidad que eso conlleva. El básquet me marcó mucho en la palabra a los más chicos, antes era muy cerrado, pero de grande me di cuenta que los pibes necesitan la palabra de uno más grande, que quieren consejos y me dejó en claro que siempre se puede aprender, pero también hay que enseñar.

¿De que jugada te acordás, hay una que te marcó en los más de 25 años de profesional?

Si hay, tengo algunas que recuerdo siempre. Hay una que me quedó de mi primer año en Italia, fue con Leopoldo Ruiz Moreno en Ragussa. Él era uno de mis referentes, nunca se lo dije y lo digo ahora. Faltaban 2 segundo para terminar el partido y ellos ganaban por uno y tenían dos tiros libres; lo terminamos ganando. Entre libre y libre le dije que iba a amagar a buscarla y corría con todo para el otro aro, que me la tire. Leopoldo tiene un guante en la mano, el primero lo erraron y el segundo lo metieron, amagué y corrí con todas mis ganas, levanté la cabeza y vi que la pelota venía perfecta, llegué y no solo que hice el doble, sino que me hicieron falta, metí el libre y lo ganamos. Hay dos o tres más, pero esa me marcó.

Como jugador te propusiste cosas y las lograste, ¿Cómo entrenador vas a hacer lo mismo?

Si te digo lo que pienso me van a decir que estoy loco, pero me lo quedo para mí. Voy con dos intenciones, para hacer experiencia y hacer una carrera como entrenador y llegar lo más lejos posible. Tengo una meta grande, que espero poderla cumplir, pero para llegar ahí tengo que aprender muchísimas cosas, eso no se da de un día para el otro, pero estudiando, aprendiendo y metiéndole algunas cosas que me gusta se va a poder lograr. La segunda idea que tengo es podernos radicar como familia en Italia, siempre fue la idea y ahora con esta oportunidad se reflotó, por ahora me voy a ir solo, pero sabiendo que a corto plazo la idea es llevar a toda la familia.

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