Básquet

Lo mejor de San Isidro: los pibes

Por lejos, el rendimiento de los juveniles y U23 de los Halcones Rojos fue el punto altamente positivo que dejó la primera “burbuja” de Liga Argentina. Oberto-Zezular a la cabeza, Assum un escalón más abajo.


Arrancó la Liga Argentina, el básquet tras casi un año tiene acción en la segunda categoría nacional y con ello la ilusión de San Isidro se puso nuevamente en marcha, como en las 14 temporadas anteriores. La primera “Sede”, en la nueva modalidad de disputa, ya es historia para los Halcones Rojos.

Con un récord de una victoria y dos derrotas, el “santo” regresa a San Francisco con un análisis verdadero de competición. Cierto es que dio ventajas en cuanto a fichas; en el debut ante Riachuelo de La Rioja no contó con tres mayores (Gómez Quinteros y Ligorria lesionados, además del extranjero Baxter-Bell que aún no arribó a Argentina). En el segundo y tercero Lisandro estuvo a disposición de Torre.

Gómez Quinteros se perdió el primer partido.

Eso le dio real oportunidades a los “pibes” para que sumen minutos y se ganen dentro de la cancha la consideración del cuerpo técnico. Quién la aprovechó con creces fue Federico Zezular; el atlético cordobés que desde hace 4 años forma parte de la institución roja, fue la gran figura de todo San Isidro. Marcó 20 puntos en el debut, 22 ante los tucumanos y 21 frente a los salteños; además promedió 8 rebotes por juego y 28 de valoración, números que rozaron la perfección.

Federico Zezular fue de lo mejor en San Isidro

El segundo escalón del podio, muy cerca de lo mostrado por Zezular está Juan Cruz Oberto. El U23 de Las Varillas fue determinante para ganar el primer juego (22pts – 9reb) y si bien no logró cerrar con libres ante Estudiantes, se despachó con 28 puntos y 26 de valoración. Este miércoles estuvo errático con solo 6 de 20 en tiros de cancha (30%).

Juan Cruz Oberto, otro de los puntos altos en los Halcones.

Luego de ellos, Santiago Assum se mete entre los de mejor rendimiento. Sin todavía tanto rol destacado en las ofensivas, el de Río Tercero dejó en claro su versatilidad.

La cuota pendiente que dejó la estadía en Córdoba es la performance de los “mayores”. La conducción entre Forastieri y Solari no fue la mejor, las pérdidas fueron reiteradas y la convicción del poder de gol que pueden tener en sus manos, dejó en segundo plano a la producción colectiva.

Forastieri, ante Salta Basket, tuvo que dejar la cancha por lesión.

San Isidro sigue estando en pleno proceso de formación; la energía de los más jóvenes con los de mayor experiencia deberá buscar el mejor equilibrio. A ello lograr recuperar a Ligorria cuanto antes y esperar la llegada del extranjero que deberá aportar sacrificio en ambos tableros.

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