La Asociación El Ceibo no se desespera y aguarda que las actividades vuelvan a la normalidad para empezar a organizar nuevamente el tradicional Torneo U15 denominado “Maximiliano Rosso – Marcelo Macagno”.
El profesor de la institución y organizador del torneo, Luciano Mancuso, comentó a DSP que no pierden las esperanzas de poder llevar a cabo la competencia que los identifica en el ambiente del básquet. Además manifestó cómo llevan los entrenadores el día a día con los jugadores.
Mancuso manifestó que “nosotros no perdemos en ningún momento las esperanzas y las expectativas. Estamos ilusionados con que esto sea a corto plazo y poder organizar el torneo. Pero somos realistas que el deporte en conjunto y en interiores va a ser lo último en volver. Hasta ahora sólo estamos basados en esperar”.
Además agregó que “muchas de las ideas que teníamos ya quedaron relegadas porque sabemos la realidad económica de los chicos y de los clubes. A parte no sabemos si será tan fácil que puedan venir equipos de otras provincias”.
El entrenador de la “flor nacional” no descarta cambiar la fecha que habitualmente se realiza el torneo, que es en el mes de agosto. “El torneo fue creado con el objetivo de darle competencia a nuestros jugadores. Cuando la actividad vuelva la prioridad la va a tener el torneo local. Pero si existe la posibilidad de hacerlo a fines de noviembre o principio de diciembre como cierre de año, lo analizaremos”.
Las ganas de realizar el torneo llevan al pensamiento de aunque sea realizarlo con los equipos de la Asociación de San Francisco. “Pensamos en hacer hasta un cuadrangular con tal de mantener la tradición. No queremos desvirtuar y hacer cosas que no corresponden. Tenemos que agiornarnos a la época que vivimos. Nosotros siempre buscamos innovar y hacer cosas diferentes en este torneo y obviamente que no vamos a poder hacerlas”.
El día a día con los jugadores
Tras dos meses de inactividad, Mancuso señala que los profesores debieron adecuarse a las nuevas tendencias y maneras de entrenar con el aislamiento social. “Al principio parecía que esto iba a ser corto y mucha importancia no le dimos. Cuando vimos que esto ya tomaba otros rasgos y seriedad, empezamos a movernos y a buscar alternativas”.
Aseguró que “como profesor es un desafío interesante porque tenemos que agiornarnos a la situación, especializarte, actualizarte en tecnología. No deja de ser una experiencia interesante pero no se compara con estar en la cancha. Sirve poco en lo deportivo pero sirve para mantener el vínculo con el jugador”.
Sobre las respuestas de los jugadores argumentó que “los chicos se engancharon en cuanto a entrenar y en las actividades que organizamos. Pensé que nos iban a dar poca bolilla pero la verdad que se sumaron”.
