¿Cómo una persona se puede involucrar en un deporte que jamás pensó podría practicar? Generalmente, la herencia por una pasión se transmite, por ejemplo, de un padre a un hijo, cuando te lleva a un autódromo a ver una carrera, o cuando de la mano vas con tu viejo a ver un partido de fútbol… y ahí comienza todo.
En otras ocasiones, simplemente, las cosas surgen por sí mismas, cuándo menos lo esperás. Así sucedió con Luciano Bornia, quien ya no siendo un niño, descubrió que quería correr y ser parte del automovilismo.
“Cuando empecé a correr, tenía unos 18 o 19 años. Nunca había corrido en nada, ni en karting ni en ninguna otra cosa. Empecé por algo mío, no vengo de una familia de automovilismo”, comenta Bornia a DIARIOSPORTS.
“Habíamos ido a ver algunas carreras al circuito El Bosque de nuestra ciudad, nos entusiasmamos y arrancamos. Comencé a competir allá por 1997 o 1998, armamos nosotros mismos el auto, un Fiat 600. El motor me lo hacía Omar Aimar”, recuerda.
“Uno o dos años después, ya me empecé a armar yo mismo el motor, ya que trabajaba en el taller de Oscar Bosco y él me daba una gran mano”. Cabe destacar, que Bosco era un joven preparador de nuestra ciudad en ese momento, en el automovilismo zonal.
El primero, el más recordado
“En 2001, logré el campeonato en la Promocional 850cc. Era un muy buen zonal y estaba muy competitiva la categoría. Ese campeonato, que fue muy luchado con César Francone, también de nuestra ciudad, fue el que más festejé y el que más recuerdo. Se hacían algunas carreras en pavimento, como en los circuitos de Las Parejas, San Jorge o Marcos Juárez y las restantes, en circuitos de tierra”, agrega Bornia.
Claro que después, vendría el “salto” definitivo a los autódromos y en una categoría con una rica y extensa historia, el Fiat 600 TS, la cual disputó su primer torneo en 1974.
“En 2002 y 2003, también corrí y salí campeón con motores hechos por mí, en el Fiat 600 TS, una de las categorías más antiguas del automovilismo santafesino”.
“Fue un momento especial, porque en ese entonces, se utilizaban dos motorizaciones y si bien corríamos todos juntos, se hacía una clasificación y un campeonato por separado”, rememora Luciano.
Los impulsores eran el de 850cc, más libre en su preparación y que venía utilizando la divisional; y el de 1.400cc, que era la novedad por su incorporación y es el impulsor que sigue vigente actualmente. Fue un momento de transición para el Fiat 600 TS, donde los costos para correr con un motor de 850cc eran elevados y en plena crisis económica en nuestro país, surgió la posibilidad de utilizar los motores Fiat 1.4, más económicos en su preparación y mantenimiento, además de tener mayor durabilidad.
“Yo fui el campeón de la clase B, tanto en 2002 y 2003, siendo el primer piloto en consagrarse con esa nueva motorización de 1.400cc”, resalta Luciano.
“En 2004, di otro salto, a una categoría que competía en la zona de Rosario, que era el Grupo 2 y luego, en 2005, cuando comienza, me sumo al Turismo Santafesino 1.800cc, dentro del Car Show Santafesino. La categoría recién se estaba armando. Competía con un VW Gol y lo hice hasta 2007, fueron dos o tres temporadas”.
“Con lo poco que corrimos allí, creo que fue positivo y demasiado bien para nuestras aspiraciones. El Turismo Santafesino 1.800cc evolucionó muy rápido, con pilotos muy buenos y un avance muy grande en lo técnico, en poco tiempo. Logré realizar alguna vez el mejor tiempo en clasificación y si bien no pude ganar, pude terminar tercero o cuarto en alguna final”.
El preparador
“Ya por ese entonces, empecé a realizar trabajos en motores para otros pilotos y llegó un momento, en que no podía más correr y hacer motores, así que me bajé. Al mismo tiempo, también mi papá Juan, junto a mi hermano Diego, empezaron a tener mucho trabajo en el armado de jaulas de competición y chapa en general, sobre autos de competición”.
“Logré varios campeonatos como preparador de motores. Con Luciano González en el Fiat 600 TS, también con otros pilotos en categorías de Reconquista, donde obtuve tres campeonatos seguidos. En el zonal de Capicor, en Córdoba, también con dos títulos consecutivos con Gastón Francone y luego Fernando Cesci. En el Turismo Zonal Santafesino, en la categoría 1.600cc con Troti y en Fiat 128 TZ con Sergio Toledo, entre otros logros”.
Equipo familiar
El Bornia Sport, es un equipo pequeño, pero que resalta por su capacidad de trabajo. Si bien Luciano, tiene motores en las categorías más importantes de pista de Córdoba y Santa Fe, como lo es el “Córdoba Pista” o el “Car Show Santafesino”, también junto a su hermano y un pequeño grupo de colaboradores, se encargan de la atención en pista total del auto de varios competidores.
“En el Córdoba Pista, en este 2020 tenemos la atención tanto de chasis como de motor del auto de Luciano González de Sa Pereyra y de Pablo Cismondi, de Arroyito. En el caso de González, es un Fiat Uno Way hecho a nuevo, para la Clase 2”.
“En el Car Show Santafesino, atendemos a los hermanos Trotti, uno en el Fiat 600 TS y el otro con un Fiat Uno en el Turismo Promocional. Todos esos autos los hacemos completamente. Además, tengo muchos otros clientes a los que les preparo solo el motor. Llegué a tener alrededor de 20 motores para armar en mi taller, de distintas categorías y certámenes”, comenta Luciano, también conocido en el ambiente como “El Enano”.
Tiempos de pandemia
“Después de la primera fecha de la temporada para el Car Show Santafesino, los primeros días de marzo, fuimos a Alta Gracia, para la apertura del Córdoba Pista. Debutando prácticamente con un auto nuevo allí, Luciano González, había quedado tercero en las tandas del viernes en la competitiva Clase 2, pero unas horas más tarde, por un decreto del gobernador, se suspendió toda la actividad por el Coronavirus y esa misma noche tuvimos que desarmar todo y emprender el regreso a San Francisco, porque prácticamente, comenzaba la cuarentena”.
“En todo este tiempo que estamos parados, pude realizar algunos desarrollos en el taller, pero obviamente, es una situación que nos preocupa. Que no podamos tener competencias nos afecta mucho en lo económico, como en mi caso, que éste es mi trabajo y estamos totalmente parados”, analiza Bornia.
Como siempre se dice, “el automovilismo, es una industria sin chimeneas”, generador de muchos puestos de trabajo, directa o indirectamente. Hoy, nos toca ver los autódromos en silencio, al aguardo de que todo mejore y regrese la actividad.
Luciano Bornia, aquel que logró títulos como piloto haciendo sus propios motores, conjugando esa vieja esencia del automovilismo que ya casi no se ve, sumando luego títulos como preparador, ahora espera con ansias el momento de poner en marcha nuevamente sus motores.