Nacido en Porteña, pero sanfrancisqueño por adopción. Daniel Primo dejó después de más de una década la coordinación de Divisiones Inferiores de Belgrano de Córdoba. El dos veces DT de Sportivo Berlrano mantuvo una interesante charla con Mundo D.
Daniel Guillermo Primo dejó de ser el coordinar general de Divisiones Inferiores de Belgrano, tras más de una década en el cargo y 14 años en el club. El exvolante central que jugó con la B en Primera entre 1991 y 1994 (una centena de partidos), llegó a un acuerdo con la nueva conducción del Pirata y dio un paso al costado en su función.
“Dejo un lugar de trabajo que impactó directamente en la vida institucional del club, porque hoy los ingresos más importantes entran a través de la venta o préstamo de futbolistas. Así que el trabajo realizado está más que a la vista”, le contó a Mundo D el ahora ex empleado.
—¿Por qué te vas?
—Esta fue una rescisión consensuada. Soy un agradecido del fútbol. A los 28 dejé de jugar y hoy con 51 te digo que vivo de este trabajo, no he parado ni un día. No he tenido un mes sin trabajo. Soy un afortunado. Por eso me quiero ir de la mejor manera, agradecerle a Belgrano y desearle suerte a la gente que llega. Quiero que en el futuro hablemos de que en el predio está el hotel que fue planificado por Armando Pérez, para que Villa Esquiú sea una ciudad deportiva. Espero que estos dirigentes y los que los sucedan puedan seguir potenciando al club.
¿Cómo viviste tu proceso en Belgrano?
—Me tocó estar en el momento correcto, en el lugar correcto. Y ver toda la magnitud de la obra de ese tipo que fue un visionario y que a mí me marcó para siempre: Armando Pérez. No tengo duda que fue la persona que hizo mejor las cosas. Porque en la historia de Belgrano, la que me contaron Tocalli, “La Milonguita” Heredia, Laciar y muchos otros, este fue el hombre que generó el mayor impacto, el que jerarquizó el club y el que lo rescató. Tuve la suerte de estar en un proceso, que en estos 14 años fue planificado y visionado por esta persona (Pérez), y seguido por Franceschi. No tengo duda que hay un antes y un después de todo esto. Lo que te digo es que espero que el club siga creciendo.
—El mejor proceso en inferiores de todos los tiempos
—Para entender un proceso de divisiones inferiores, te lo resumo en tres pasos: scouting, relaciones humanas y un poco de metodología. Porque los software, los metodólogos, todo eso se aprende; pero la parte humana, en 12 ó 13 años de proceso, es la que cobra mayor relevancia porque los valores son los principios que rigen nuestra vida. Y en este punto el club, por los dirigentes que han pasado, deja la vara muy alta. El presidente anterior, y el anterior, siempre estaban cuando pasaba algo con un empleado o con un técnico, estaban llamándolo al instante. Esos valores se tienen o no se tienen, no se importan ni se compran. Cuando me despedí de los DT, me emocioné porque vi a varios de ellos emocionados y no lo esperaba. Cuando se te despide con una lágrima, es muy fuerte porque te das cuenta lo que creciste, lo que hiciste. Este fue el mejor proceso de formación de la historia de Belgrano, por el tiempo que duró, y por la cantidad y la calidad de futbolistas que salieron.
—¿Estás orgulloso de lo vivido?
—Me tocó comandar este proceso, relacionarme y sé que hay un montón de cosas para mejorar. Y en este punto la vara queda también muy alta. Por eso les deseo lo mejor a los dirigentes que llegan. Pero arrancan con una exigencia muy alta. Porque yo vi este club sin nada y hoy tiene un predio que lleva el nombre que se merece (Armando Pérez) y con un estadio de Primera División, donde Franceschi y su comisión directiva, y esto lo digo siempre porque nadie me lo contó, cuando no se podía terminar la tribuna, pusieron las escrituras de sus casas como garantía. Eso es compromiso.
—¿Los tiempos en el fútbol son cortoplacistas en primera, pero no así en inferiores?
—Totalmente. Lo que la gente quiere ver no es el proceso, es el resultado final. No te doy nombres, pero junto a Federico (Bessone) y Karina, una de las chicas del área psicosocial, fuimos garantía de alguna casa de un jugador que hoy es millonario o le conseguimos laburo al padre. Esto te lo cuento para ejemplificar el nivel de compromiso que teníamos. Y ese fue el secreto de nuestro éxito: el compromiso. Después hay dos velocidades, la de primera que es como un Fórmula 1, y el del proceso de formación, que es mucho más lento, donde la continuidad dada por Armando Pérez y Franceschi le permiten hoy a la comisión entrante disfrutar de los réditos conseguidos. Porque ellos toman el club con salarios al día, con cosas por cobrar y eso es impagable en el fútbol de hoy.
—¿La cantera no está agotada?
—Quedate tranquilo que van a seguir saliendo jugadores por varios años más. Porque seguirán las ventas y los préstamos de jugadores.
—Más allá del cambio de dirigentes, el rumbo de inferiores está marcado…
—No hay que cambiarlo, hay que potenciarlo. Por qué cambiarías si te da resultado. Ahora se van Luján (Nahuel) y Novillo (Joaquín). Y van a seguir apareciendo, porque será (Bruno) Zapelli, (Ignacio) Tapia, (Agustín) Galli, Ulises Sánchez, Santiago Longo y otros más. Seguramente algunos de estos futbolistas serán vendidos. Tiene un futuro próximo y cercano, asegurado. Por eso no hay que cambiar, hay que mejorar algunas cosas y listo.
—¿Te vas dolido de Belgrano?
—No tengo ningún dolor. Ya lo tenía asumido de antes. Lo que tengo es satisfacción y agradecimiento, porque siento que me voy por la puerta grande. El trabajo está a la vista, porque así como todo marca que el club tiene una estructura de Primera, pero está en el Nacional, los números de divisiones inferiores marcan un gran proceso. Si querías campeonatos, los tuviste. Si querías jugadores en las selecciones, estuvieron. Si lo que se pretendía era ser protagonistas, lo fuimos. Pero la medición se debe hacer en la venta de jugadores que te hacen generar auto sustentabilidad y en eso se trabajó junto a un montón de áreas y hoy se tiene. Y si lo trabajan bien, seguirá dándole al club esto por varios años más. La verdad es que estoy muy tranquilo por lo que hice, satisfecho y le dediqué al club los mejores años de mi vida, entre los 40 y los 50.
—Ahora viene una etapa de descanso…
—No, yo no descanso. Tengo una posibilidad de irme y la estoy analizando. Siempre en el proceso formativo.
—Te vas de Belgrano sabiendo que las metas se cumplieron
—Están a la vista. El fútbol es un juego de interpretaciones y que dependen en gran parte de la formación que cada observador tiene. Por eso, el trabajo más complejo del coordinador es que los DT aúnen sus conceptos y entiendan lo que se pretende. Que podamos ver cuándo el equipo juega mal o juega bien, por eso se elaboran manuales, se escribe mucho y se deja asentado qué se debe priorizar cuando se mira un jugador. Todo queda en el club ahora, porque en estos años se escribió y se documentó mucho. La continuidad mía es “mi hermano” Federico Bessone y espero que la nueva comisión valore todo el trabajo que hizo, porque tiene muchos valores y va siempre de frente.