La Liga Argentina pone números sobre la mesa que llaman la atención; como la diferencia de partidos que lleva un equipo por sobre el resto, los invictos de local o los imposibles de visitante; entre otras cifras sorprendentes.
Una de ellas la lleva adelante el Santo de nuestra ciudad, único equipo de toda la segunda categoría del básquet argentino (también se le puede sumar Liga Nacional) en no lograr al menos un triunfo cuando “rompe fronteras” sanfrancisqueñas.
San Isidro es otro, de visitante no tiene esa “presión” que puede llegar a generarle su propio público y su costumbre de perder en la “ruta” queda marcada a flor de piel. No lo sienten, “es un revés más y algún día eso se cortará” parecen decir sin un convencimiento para tomar el protagonismo demostrando que quieren dar vuelta la racha negativa.
Las individualidades bajan rotundamente en su desempeño. Makal Stibbins dio sabiendas muestras que no le interesa aportar ese plus (que no suelen dar los extranjeros) por el equipo. Su incapacidad para defender no la disminuye con actitud y rápidamente es uno de los que se baja de “la causa” cuando las cosas no están saliendo. Llegó para reemplazar a Santiago González y nada tiene que ver un jugador con el otro. Para males la rotación en esas posiciones es flojísima en calidad y cantidad, por eso los goles que recibe en cada juego lo demuestra.
Por calle Corrientes le “prenden velas” a Felipe País siempre. Él tiene la capacidad de ganar partidos, pero cuando no tiene una buena noche pasa directamente a ser un líder negativo con su insistencia en no ayudar a construir una solidez desde el juego de rol. Se cierra en su “filosofía NBA” que tantas veces dio resultado.
Ahí también ingresa una lectura que está faltando desde el cuerpo técnico. Julián Pagura y sus asistentes no llegan a interpretar cuando el Plan A de depender de individualidades no funciona, para cambiar a un Plan B (si es que existe).
En San Isidro están resignados, miran más la diferencia con el último para no tener que sufrir con el descenso y con eso se conforman, que las posibilidades que aún existen para solucionar problemas, corregirlos y llegar a playoffs con un convencimiento (de todas las partes), que todavía hay esperanzas.