San Francisco siempre fue una carrera de rally muy especial. La llanura de sus caminos, muy veloces, pero también con sectores trabados, con la posibilidad de alguna lluvia y por ende de barro en los caminos, era algo que a los “cordobeses”, acostumbrados a la montaña, nos les caía nada bien.
Siempre hubo también alguna “pica” con binomios locales, quienes se destacaban y daban pelea por campeonatos en varias clases del competitivo certamen cordobés.
Pero nunca los vi tan enojados como cuando Sergio Ribodino con un VW Gol y con Diego Gandino como navegante, les ganó un prime a todos, es decir que no solo venció en su clase, sino que un auto de una categoría menor de tracción simple, les había ganado hasta a los mismos N4 de tracción integral, con motores turbo y mucha más potencia. Eso sucedió en la edición 2003 del Rally de San Francisco.
“El tema arranca cuando el sábado, en la primera parte de la carrera, como yo largaba muy atrás, me toca correr los primeros tramos con lluvia y barro, mientras que los primeros de la N1 lo habían hecho con piso seco. Entonces, el domingo, para la etapa final de la carrera, arranqué lejos, a 6 minutos del líder de mi categoría”, comenta Sergio recordando la situación.
“Lo que sí, el domingo llovió todo el día y ahí andábamos bien, les habíamos desinflado las gomas al auto y fuimos descontando de entre 1,5 minutos a 2 minutos por prime. Cuando llegamos al último prime de la carrera, que era en Luxardo, ya estábamos terceros a muy poco de la punta. Entonces con Diego nos miramos y dijimos: vamos a desinflar más las gomas. Nos jugamos todo, o se rompen o ganamos el prime”, recordó.
“Veníamos usando las gomas a unas 15 o 16 libras de presión y le pusimos solo 5. Con eso andaba de diez el auto, las gomas no se destalonaron y ni tenía que frenar, cuando levantaba el pie del acelerador en el medio del barro, el auto se frenaba solo. Además, nos salió todo redondito en el tramo en cuanto al manejo. Así fue que le ganamos la general del tramo”.
“En nuestro reloj, vimos que ganamos la general, pero al llegar a la mesa de tiempos, los oficiales no lo podían creer, así que nos pusieron el tiempo del mejor N4. Peleamos, discutimos y nos pusieron ese tiempo, como si hubiésemos empatado, pero te aseguro que le habíamos ganado a todos”.
En esa carrera estaba presente Gabriel Raies porque corría su hermano Juan Pablo, y el múltiple campeón argentino estaba “sacado”, ya que no era posible lo que había pasado. En su programa de rally en la señal deportiva de ESPN, junto a Raúl Barceló dijo textualmente: “Quién es Ribodino. Como puede ganar con un Golcito, ni a mi abuela manejando un Subaru le puede ganar Ribodino”.
Sin embargo, la cosa no terminó ahí. “Obvio que tuve denuncias de que habíamos acortado, tuve que ir a declarar a Córdoba, pero bueno, me queda la satisfacción de que había gente en todos lados, por todo el pueblo y las cosas fueron como las cuento y en definitiva les gané el prime a todos y la carrera en mi categoría, la N1”.
Esa fue la historia de cuando un piloto local, como Sergio “Keko” Ribodino, con antecedentes previos en el motociclismo primero y luego en el rally, acostumbrado a estos caminos llanos y hasta a andar en el barro por su labor en el campo, con la experiencia y la viveza en este tipo de terreno y como buen conocedor de los caminos, les ganó a todos, para dejar a más de uno con la boca abierta.