Fue clave en la remontada en suplementario. La posición de armador de juego en San Isidro era una de las falencias que se notaba. La contratación de Aliende y su desempeño en el primer partido lo dejó en evidencia.
Claro, en las victorias todo lo bueno sale a la luz; aquello que cuando la derrota predomina, queda oculto. Pero el 75 a 73 de San Isidro sobre Barrio Parque, dejó algo a la vista.
El elenco de nuestra ciudad venía teniendo dificultades en la posición de base; a la hora de armar juego, pero también en momentos que necesitaba plena lectura y hasta acciones que desequilibren la balanza. Adrián Forastieri no pudo plasmar su jerarquía (fue “cortado” días atrás) y Nicolás Solari posee otras características; poder de gol en sus manos, pero sin tanta lectura.
Allí se enfocaron todos por calle Corrientes; en buscar un nombre que pueda generar volumen de juego, que ordene y que lidere. Guillermo Aliende, un “pibe” U23 que venía de un despegue notorio en Liga Nacional con Olímpico de La Banda, fue el apuntado.
Con apenas un puñado de entrenamientos con sus nuevos compañeros, con nuevos sistemas y en una categoría en la cual hacía dos temporadas que no jugaba, igualmente sacó a relucir sus condiciones. Una clara demostración se dio en los minutos finales, allí cuando los Halcones Rojos siempre sufrían y se les hacía muy complicado poder cerrar los partidos, o en este caso, revertir un resultado que ya parecía concretado.
Jugó en total 26:41 minutos; se cargó de faltas por eso no fueron más. Su presencia en cancha no pasó desapercibida. El rojo caía por 5 (73 a 68) con 1:40 por jugar del suplementario; el santiagueño “robó” una pelota clave, asistió a Ligorria que falló, pero el base tomó el rebote en ofensiva.
En su cabeza ya estaba planeado tomar él la iniciativa, buscó el eje de cancha y se plantó para tres que convirtió y achicó la desventaja a solo 2 puntos (71-73). Pero su ganas de ganar no se terminaron ahí. Los cordobeses repusieron desde el fondo y otra vez Aliende provocó un recupero importantísimo para que Gómez Quintero iguale. De 5 puntos abajo a estar en “tablas” en sólo 10 segundos.
Contagió, apretó los dientes. Fue buen debut, pero mejor la impresión para un horizonte de clasificación a playoffs.
