La siempre disyuntiva del vaso medio vacío o el vaso medio lleno… cada uno desde donde lo quiera ver. La temporada terminó con una ciudad revolucionada, como nunca antes se había visto, por lo menos en la etapa contemporánea. Ese crecimiento también fue paralelo a las opiniones creadas en la calle, en las mesas de café, en redes sociales… “qué bueno lo de San Isidro”, “que ascienda por el bien del deporte de la ciudad”, “que bien juega el equipo”, “van a ascender”, decían muchos, mientras que otros repetían como loro “venden la plaza”, “no quieren ascender”…
Para los que conocen San Isidro, y no su historia pura que está por cumplir 100 años (sería mucho pedir), sino la reciente es imposible no ver todo lo bueno más allá de una derrota dolorosa como la del miércoles, porque la ilusión estaba a flor de piel, más viva que nunca de poder llegar a Liga Nacional.
Habrá que parar la pelota, ponerla bajo el brazo derecho, levantar la cabeza y mirar todo el panorama como si se tratara de un ataque fijo 5 Vs. 5. Haciendo un repaso retrospectivo, desde esta finalísima hasta el inicio de la temporada, resaltan hechos que hablan por sí solos.
Jugar con 2000 personas en el estadio, que San Francisco hable de básquet con el interés que lo hizo, que se forme más de 200 metros de cola para conseguir entradas (cuando en el inicio de la misma había 500 con tickets regalados). Que la familia y grupo de hinchas se sume a cada banderazo cuando tuvo que enfrentar el equipo un quinto partido definitorio, que lo vaya a despedir a las 00:30 horas de ya martes a calle Corrientes, que viajen a Buenos Aires tres veces en pocos días, que el parquet del “Nido” sea una marea roja festejando el campeonato de la Conferencia Norte… que, que, que… tantos otros momentos que aquel que conoce el Club no le hace falta escribírselo para que los reconozca.
Para aquellos que se sumaron en los últimos metros de la carrera, seguramente un grupo minúsculo pero personas al fin se seguirán “enganchando”. El panorama a futuro que enfrentará San Isidro será con base sólida porque uno imagina que ya no habrá quejas por la venta de tickets y adelantarán sus ganas consiguiendo abonos, o no reclamarán más la capacidad del estadio cuando se juegue la cuarta fecha de la Centro Norte en noviembre ante tal rival un martes a las 21:30 horas y con 426 personas alentando.
San Isidro merecía ser de Liga Nacional, lo merecía. Pero como es deporte y en una división tan injusta que de 28 equipos solo logra 1 el premio, le toco ser el que más partidos jugó, el que más viajó y el que tuvo que mirar como su rival levantaba la copa.
Vuelvo al párrafo de los que conocen al club, agrego algo más. Si hoy pasan por calle Corrientes, al 352 (tipo 19:15hs), ya estarán trabajando para la 2019/2020 con el dolor lógico reciente, pero con las ganas de revancha lo antes posible…
Cierro con una frase que un líder directivo del “santo” me dijo a las pocas horas de la chicharra final en Vicente López: “Empezamos sembrando en un campo hecho mierda, sin agua, árido y sin saber que iba a nacer a comienzo de esta temporada. Ahora tenemos la tierra para la próxima recién regada y con fertilizante para hacer un campañón y eso es todo gracias a lo que este equipo generó y los que están alrededor del equipo aportaron, a seguir laburando como siempre porque lo mejor está por venir”...