Mientras preparaba las cajas para la mudanza, escuchó que su celular sonaba y era DIARIOSPORTS para tomarle las primeras declaraciones como nuevo jugador de San Isidro. El interno rionegrino, que reside en Mar del Plata, llegará en los próximos días a San Francisco y en el embalaje de sus pertenencias, también pone las ganas de seguir logrando cosas en el básquet.
Con 36 años y una trayectoria que incluye varios equipos de Liga Nacional y de España, Diego Guaita comentó como se dio su llegada: “Con Sebastián (por Torre, coach de los Halcones) vengo hablando desde hace bastante, tenía otras prioridades y lo supo entender en primer momento. Quedamos en seguir hablando en un plazo; con el tema del dólar se volvió a abrir las puertas y llegamos a un acuerdo”.
El “santo” formó una plantilla con jugadores de renombre que a priori le aseguran una jerarquía para luchar por cosas importantes y a eso Guaita no solo que no le esquiva, sino que también lo asume: “Se las pretensiones que tiene el club, con el armado del equipo y la calidad del material que hay, sabemos que son altas. Ahora me tengo que poner al servicio del club y hacer las cosas de la mejor manera. Por los nombres que hay está para mejorar lo hecho, igual nadie me dijo que el objetivo es el ascenso, pero si te ponés a pensar y el esfuerzo que está haciendo el club es para eso. Hay que comenzarlo haciendo las cosas bien, entrenando”, disparó.
Sobre su actualidad, luego de quedar eliminado con Hindú de Resistencia justamente ante los Halcones Rojos, el interno sólo se tomó 10 días de descanso: “Me tomo normalmente en mi carrera 10 días y arranco con gimnasio. Estoy haciendo físico, salgo a correr y estuve entrenando con un profesor de manera individual que trabaja muy bien en Mar del Plata, es quien entrena a Facundo Campazzo cuando está en el país. Más allá de la edad y el tamaño que uno tiene, nunca está de más aprender cosas nuevas”, comentó.
Manifiesta ser competitivo y también con hambre de ganar cosas: “Lo he dicho en la mayoría de las veces, tengo amor por el deporte y las ganas de tener una pelota en la mano. Cuando llego a la cancha hay algo que me pica, soy muy competitivo, no me gusta ni perder contra mis hijas. La verdad que me gusta ganar y estar siempre al máximo. Juegue contra quien juegue me gusta mostrar mi mejor versión”, tiró.
Por último comentó como se adaptó a la Liga Argentina en su primera temporada: “Obviamente que es un salto importante, porque son más equipos y los viajes. La seguidilla de los partidos desgasta el físico, los viajes que por ahí llegás en el día. Las distancias en la segunda fase son largas, te cuesta al principio. Tenés que ser un poco más completo en la Liga Argentina en comparación a la Liga Nacional, todo el mundo juega en el poste bajo y también arriba. Hay que tener una lectura de juego mucho más raído, con velocidad en la toma de decisiones. Pero siempre jugando al básquet se puede ganar un millón de cosas; mientras que de manera individual o hacer lo que uno quiera podés salvar un partido o dos, pero no ganar campeonatos”, concluyó.
