Básquet

El Argentino del 2000 en San Francisco: inolvidable

Se van a cumplir 20 años de aquel histórico campeonato. Fue la última vez que Marcelo Milanesio y Oscar Campana jugaron juntos de manera oficial. La 66° edición se disputó en canchas de El Ceibo y de El Tala. Córdoba fue campeón con dos sanfrancisqueños en la plantilla.


La Federación cordobesa aceptó el desafío de organizar la edición 66° entre el 8 y el 15 de julio de 2000. La tarea no fue sencilla, pero gracias a las gestiones encabezadas por el presidente de la FBPC, Hilario Serlin, que encontró un buen respaldo en el intendente de San Francisco, Hugo Madonna, y en el titular de la Asociación de Básquetbol de San Francisco, Néstor Monina, el certamen fue un éxito mayúsculo.

Se consiguió por primera vez la televisación de la cadena televisiva internacional ESPN, que puso la señal en Uruguay, Brasil, Chile y Bolivia. Con el sponsoreo de esa multinacional, más el apoyo de la Agencia Córdoba Deportes, Lotería de Corrientes y empresas privadas, el torneo recuperó imágenes que parecían pertenecer al pasado: estadios colmados, periodistas acreditados desde varios puntos del país (hubo 200 de 53 medios diferentes) y, sobre todo, mucha pasión y nostalgia.

“Somos protagonistas de un hecho que marcará un antes y un después en la historia del básquetbol local”, expresó Monina en una prolija y emotiva ceremonia inaugural.

Momento de la ceremonia de inauguración.

La fiesta de los argentinos estaba de vuelta. Y las figuras de nuestro basquetbol también. Córdoba era una constelación de estrellas: Marcelo Milanesio, Héctor Campana, Leonardo Gutiérrez, Andrés Pelussi, Bruno Lábaque y Gabriel Riofrío, entre otros de menos “cartel” pero de reconocida capacidad. Medardo Ligorria, asistido por Mario Milanesio, Daniel “pirincho” Beltramo y Mario Santelli, fueron los encargados de la conducción técnica.

Dentro del plantel, de San Francisco estaban Matías Tomatis y Franco Prelazzi, quienes tuvieron minutos de juego en algunos partidos del campeonato.

El plantel campeón con Prelazzi (8) y Tomatis (10). Además Daniel Beltramo era uno de los asistentes.

Pero lo demás no se quedaron atrás. Santa Fe trajo a Walter Herrmann, Facundo Sucatzky, Diego Lo Grippo, Roberto López y Alejandro Burgos; Tucumán hizo “bandera” con Lucas Victoriano (del Real Madrid); Buenos Aires, dirigido por Carlos Romano, llegó con Fernando Rodríguez, Eduardo Dominé, Walter Storani y Diego Cavaco; Río Negro presentó a Julio Mázzaro y Chubut a Pablo Moldú. Entre Ríos, en tanto, mostró a la revelación del campeonato Paolo Quinteros y Claudio Farabello.

Como era de suponer, Córdoba no tuvo problemas en quedarse con el primer puesto de su zona. Ganó todos los juegos con comodidad, excepto el que lo enfrentó al modesto Neuquén, que ocupó el último lugar.

Ya metido en semifinales, las cosas no resultaron sencillas. Entre Ríos, que a priori aparecía como un rival “accesible”, se constituyó en un obstáculo difícil para acceder a la final.

Los visitantes, con gran trabajo de Paolo Quinteros, dominaron hasta la mitad del tercer cuarto, cuando su técnico Sebastián Stelviza pretendió darles descanso a sus mejores figuras. Allí permitió el crecimiento del equipo cordobés y la historia cambió. El local pasó al frente 55 a 48 en el cierre del tercer parcial y con un arranque demoledor en el último se disparó a 18 puntos (66 a 48). Al final, la victoria llegó con un claro 74 a 63.

Delegaciones en la inauguración.

“La calidad de la dupla Milanesio-Campana le permitió a Córdoba concretar ráfagas de básquetbol y torcer, en el tercer cuarto, un partido que hasta entonces fue demasiado pobre para tanta expectativa generada dentro del estadio de El Ceibo”, escribió José Artaza en La Voz del Interior.

Previo al encuentro, una brillante idea de la organización permitió homenajear a viejas glorias de los Argentinos. Fueron ovacionados Pedro Bustos, Marcelo Farías, Fernando Prato y Germán Filloy (Córdoba), Miguel Cortijo y Gustavo Chazarreta (Santiago), Guillermo Riofrío (San Juan), Ernesto Gehrmann (Misiones), Carmelo Mendoza (Santa Fe), Carlos Rafaelli (Buenos Aires), Eduardo Cadillac (Capital) y Carlos Romano (Tucumán). También recibió su distinción el reconocido periodista Osvaldo Orcasitas.

Como en 1987 y 1988, el rival de la final fue Buenos Aires, un aguerrido equipo dirigido por Carlos Romano que había llegado más lejos de lo que muchos preveían.

Milanesio, con la camiseta 5, sube la pelota. (Foto: Libro 80 años de Oro).

El clima de la final fue fantástico. Al margen de la chance que la selección cordobesa tenía de consagrarse campeón en casa, se agregaba un aditamento extra. Marcelo Milanesio se despedía de la selección cordobesa y compartía por última vez una cancha como compañero de su “compadre” Campana, que se había desvinculado de Atenas pocos días antes; ambos se intercambiaron las camisetas, la 9 y la 5 se la había puesto “pichi” y Marcelo, respectivamente.

El estadio Antonio Cena, colmado como nunca, fue escenario de un partido cargado de emotividad. Buenos Aires no quiso asumir nunca el rol secundario que pretendieron endilgarle quienes llegaron a San Francisco para ver la coronación cordobesa y, muy por el contrario, casi se queda con el papel protagónico.

Los bonaerenses ganaron los tres primeros parciales (23-22, 42-33 y 53-52) y llegó a estar tres puntos arriba (64-61) a 2m 40s del cierre. La copa parecía tener dueño, pero en ese breve lapso, y como en las buenas películas de suspenso, lo mejor llegó al final. Un triple de “pichi” y otro del “cabezón” dieron vuelta un partido que parecía sentenciado. Córdoba ganó 72 a 67 y los “compadres” se ganaron todos los aplausos.

Momento que Milanesio y Leo Gutiérrez levantan la copa ante un colmadísimo “Antonio Cena” (Foto: Libro 80 años de Oro).

Miguel Romano, enviado especial de La Nación, de Buenos Aires, resumió en su comentario: “San Francisco ocupará un lugar destacado en la historia. Con más razón después de ese final tan perfecto, que ni programado hubiese salido mejor. Y justo con esos dos monstruos tocados por la varita mágica. Ellos se despidieron, pero los campeonatos argentinos seguirán (aunque nadie sabe cómo…)”.

Datos extraídos del Libro: “80 años de oro” de Gustavo Farías

Córdoba festejando (Foto: Diario La Nación)

Síntesis de la final – 15/07/2000

Córdoba 72: Marcelo Milanesio 9, Héctor Campana 22, Gabriel Riofrío 7, Luis Villar 11, Leonardo Gutiérrez 7 (FI), Bruno Lábaque 4, Roque Fernández 5, Patricio Pratto 2, Andrés Pelussi 5. No ingresaron Matías Tomattis, Franco Prelazzi. DT: Medardo Ligorria.

Buenos Aires 67: Sebastián Rodríguez 24, Fernando Rodríguez 10, Eduardo Dominé 12, Diego Cavaco 5, Walter Storani 9 (FI), Homero Rash 3, Gustavo Nóbile 4. DT: Carlos Romano.

Parciales: Córdoba 22/ Buenos Aires 23 – 33/42 – 52/53 y 72/67.

Árbitros: Eduardo Bellón y Juan Fernández.

Estadio: “Antonio Cena” (El Ceibo)

Foto oficial del plantel que se tomó en la ciudad de Córdoba.
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