Si hay partido de básquet, Hugo está… sea donde sea, está. El Tala es su casa, allí dejó su marca registrada por los siglos de los siglos.
No es sanfrancisqueño del todo puro, nació en Piamonte (Santa Fe) el 2 de septiembre de 1957, pero ya a los 5 años estaba picando la pelota en calle Larrea y Avellaneda (en 1960 su familia llegó a nuestra ciudad); decir Hugo Allasino en San Francisco es decir básquet, es automáticamente referenciar a El Tala.
“El que me llevó a jugar fue el profesor Luis Rossi a El Tala. Todos los días íbamos al club ya sea para jugar al básquet y también para hacer otras actividades como el fútbol”, contó Hugo en la sección Orgullos Locales de DSP.
Su barba de estilo propio, antes el bigote. Una mecánica de tiro inconfundible, con la número 7 en la espalda preparaba su lanzamiento y en la mayoría de las veces tenías que prepararte para sacar desde abajo del aro. “Hacía un promedio de 20 puntos por partido, tenía facilidad para llegar al gol. Siempre le ponía ganas, no entrenaba duro, pero en los partidos ponía todo lo que hay que poner. Yo era amateur, jugaba porque me gustaba y nunca me interesó el dinero”.
Era de los destacados, pero nunca quiso irse de San Francisco para probar suerte en otros clubes: “Lo único pendiente que me quedó fue el no haber ido a probar a otros equipos fuera de la ciudad. Siempre estuve en El Tala, salvo un período corto, que por una circunstancia determinada en la que a ´Cacho´ Ferreyra y a mí, ya con 34 años, nos dejaron afuera, y el ´Loco´ Galliano estaba dirigiendo a San Isidro y nos llamó para jugar en ese equipo. Estuve ahí durante tres meses, ganamos el ascenso a la B y luego retorné a El Tala para jugar el campeonato local durante unos años más”.
Campeón con la Selección de San Francisco en 1981 en Córdoba y 1984 en Río tercero. En 1974 y 1975 integró la selección de la provincia en la categoría Juvenil y en 1982 la de Mayores. “Mi mejor partido fue la final del año 1981 en la que nos enfrentamos con la Selección de Córdoba y a la cual le ganamos en su casa. Yo estaba como suplente y pude convertir 13 tantos. Este encuentro lo tomo como el mejor que tuve por lo significativo del logro que habíamos obtenido”.
Colgó las zapatillas a los 38 años, pero su relación con El Tala y con el básquet en general continúa vigente aún hoy en día. Camina las canchas de la ciudad, viaja cuando puede y llegó a estar presente en Buenos Aires para ver la finalísima entre San Isidro y Platense en Vicente López.
El “Albo” organiza año tras año un torneo que lleva su nombre, reconocimiento por demás merecido para uno de sus ´hijos prodigios´: “La idea inicial de ponerle mi nombre al torneo había sido de Fernando Cavallo. A mi mucho no me gustó porque soy un tipo humilde y de perfil bajo, pero después accedí a que lo hicieran y es realmente un orgullo para mí y mi familia, fue una gran consideración que tuvo para conmigo. Para mí el Club El Tala es todo, el lugar donde nací, hice las inferiores, el que marcó mi infancia y adolescencia, mi segundo hogar, está inserto en mí y es una parte muy importante de mi vida”, termina diciendo Hugo Allasino… quién lleva a El Tala dentro de sus venas.