Virginia Boglione debutó en San Isidro, emigró de adolescente a Atenas de Córdoba, jugó en Europa hasta retirarse en el “9” de Freyre, siendo la primer sanfrancisqueña en vestir la casaca del seleccionado argentino mayor. DSP te cuenta su historia.
Nuestra ciudad es sinónimo de deportistas que han dejado huellas en el deporte nacional. Virginia Boglione es parte de ese selecto grupo. Desde muy pequeña, a los 6 años, comenzó a transitar el voleyball en San Isidro.
Ya a los 13 años tuvo su primer llamado en la selección de Córdoba. Atenas de la capital provincial puso los ojos en Virginia tiempo después, siendo refuerzo del “griego” en la Liga Nacional, desde sus 15 a los 20 años, desempeñándose además en el torneo local. Menciona que durante 3 años viajaba a entrenar y jugar mientras terminaba los estudios secundarios en nuestra ciudad.
A partir de ahí, desandó una extensa trayectoria en seleccionados argentinos menores. “A los 15 años debuté en pruebas de la selección Menor y quedé seleccionada para la Juvenil (Sub-17) donde disputé el torneo Sudamericano en Venezuela (1996), la Copa Mundial en Tailandia (1997) junto a la selección Menor, y el Sudamericano en nuestro país (Santa Fe) en 1998 y Mundial en Canadá en 1999 con la Juvenil”, cuenta.
“Compartí equipo en selección nacional con jugadoras históricas como Carolina Costagrande y Romina Lamas, que después fueron las mejores de nuestro país. Lamentablemente por el amateurismo de este deporte se nacionalizaron en Italia y España”, recuerda.
En el año 2004 acompañando a su novio (actual marido) jugó en el Boston College de la primera división chilena. En 2005, su vuelta a la Argentina la llevó al club Ciudad de Buenos Aires, donde disputó la Liga Nacional.
“En 2006, decidí ‘darme el gusto’ de jugar en Europa, ya que años antes había rechazado una oferta de Italia”, asegura Virginia. Fue el turno del Miranda de Ebro (Mirandés) de España durante una temporada (2006/07).
Su última estadía deportiva llegó en el 9 de Julio de Freyre en la Liga Nacional 2007/08 bajó la dirección técnica de Roberto “Tobeto” Rittiner y Enrique “Kiko” Méndez Paz.
Reconocida por los que saben
A finales de 1997, la sanfrancisqueña se llevó la mirada de los periodistas de la provincia, reconocida con el premio Estímulo de La Voz del Interior. Además fue elegida como Deportista del año en San Francisco en el 1998.
En 1999 se quedó con el galardón de mejor jugadora cordobesa de vóley en los Premios “Córdoba Cuna de Campeones”.
La que abrió el camino
En el 2006, le llegó la citación a la selección mayor de nuestro país, convirtiéndose en la primera jugadora oriunda de nuestra ciudad en vestir esa camiseta.
Con la “albiceleste” disputó la Copa Panamericana en México, y luego el certamen Sudamericano en Chile en 2007.
Pisó suelo sanfrancisqueño con la camiseta de la selección el 24 de mayo de 2007, en una gira amistosa previa al Panamericano, ante un seleccionado de Estados Unidos, en el “Antonio Cena” de El Ceibo. En ese mismo partido compartió equipo junto a su coterranea, María Belén Roldán, quién hacía su debut.
En el año 2008 y a la espera de su primera hija, fue el turno de una nueva convocatoria al seleccionado máximo, a la que rechazó y decidió poner fin a la carrera deportiva.
Su vida ligada al deporte
Luego de su retiro, su vida sigue ligada el deporte. Desde aquellos años de adolescencia, Virginia no volvió a vivir en San Francisco. Actualmente reside en Santiago del Estero junto a su marido, el reconocido técnico de básquet Sebastián González, DT de QUIMSA en la LNB.
“A Sebastián lo conocí en Atenas de Córdoba y hoy lo acompaño en su carrera profesional. Tenemos dos hijos, Sofía de 11 años y Lucio de 9. Por su trabajo vivimos en Chile, Río Tercero, Córdoba, Corrientes -durante seis años- y Santiago ahora”, cerró.