Su historia tiene varios capítulos. Piloto, director de su propio equipo de competición y dirigente, Víctor aportó también mucho al deporte motor de nuestra ciudad, con el acompañamiento de sus hijos, que tienen su misma pasión.
Limitada 27
En esta categoría zonal que fue sensación en la década de 1970, Víctor Vega debuta en el automovilismo. “Fue en 1973 que adquirí un auto en la primera carrera que fui a ver de la categoría, en El Fortín. Ese día se rompe un auto y el dueño decide venderlo y ahí no más se lo compré y lo traje a Castelar. Allí, con el Loco Mariuz, lo reformamos totalmente y cuando estuvo listo debuté en Las Petacas, en septiembre de 1973, con 29 años. En la Limitada competimos en unas 30 carreras más o menos y gané una sola en María Juana”, rememora Vega.
“Corrí hasta que la categoría desapareció. Primero fue Limitada 27, después se llamó Fomento Santafesino y por último Mecánica Jeep Cuatro, cuando habían incorporado los motores Jeep. Luego termina desapareciendo la categoría, más o menos en el año 1983. También corría algunas temporadas en Midgets, fue una linda experiencia”.
Algo de motociclismo
Nacido un 11 de marzo de 1944 en Castelar, pero con gran parte de su vida transcurrida en nuestra ciudad, fue sin embargo en su población natal donde tuvo la oportunidad de probar una moto. “Era una Puma y un día, no sé por qué, me subí e hice mejor tiempo que el piloto que la venía usando y de ahí me buscaron, porque a la noche había carrera en Plaza San Francisco y nos vinimos. Fue en el año 1973, creo que en diciembre o en enero de 1974, que se corría los nocturnos con muy mucha gente. Hice un par de carreras nada más, después fuimos a San Jorge, tuve unas caídas, unos golpes en las rodillas que me hicieron abandonar”.
La “fórmula” del éxito
En los monopostos, fue donde más se destacó Vega con su manejo. “En la fórmula comienzo seriamente en 1992. Faltando medio campeonato compro un auto en San Jorge y lo trajimos al taller de Omar Aimar, donde se desarmó y reparó totalmente. Debuté y gané acá en San Francisco y así sucesivamente en las carreras siguientes. En una sola carrera no llegué porque se me cortó un bulón de biela, en Las Varillas. Pero gané varias y logré el campeonato en la última fecha, nuevamente en nuestra ciudad”.
En total, Víctor Vega lograría cuatro campeonatos en la Fórmula 4. Luego de ese primer título en 1992, repetiría nuevamente en 1993 y 1994. “En 1995 venía liderando el certamen luego de las tres primeras carreras y entonces tengo un problema de salud, tuve que ser operado de la vesícula y me perdí de correr un par de fechas”.
“En el torneo de 1996, en un año bastante apretado económicamente, sin hacer nada en los motores, quedo subcampeón detrás de Massera. En 1997, volvemos en serio con el equipo, empieza a correr también mi hijo Luis y salimos campeón y subcampeón. Ese año dije adiós a la categoría. Aquel fue mi cuarto y último campeonato. Gané casi 40 carreras en total en la fórmula”.
Pasión que se hereda
En alguna nota periodística de años atrás, Víctor comentaba: “Me siento muy contento y muy orgulloso. Fabio, Luis y Valeria heredaron mi pasión. Corrimos a nivel provincial, nacional e internacional en rally, con nuestro propio equipo. También lo hicimos en fórmula a nivel zonal tanto en tierra como en asfalto, como cuando estuvimos en la Fórmula Renault Argentina. Nos dimos el gusto de que tanto Fabio como Luis sean pilotos y Valeria me acompañó como navegante en muchas carreras en rally”.
El rally
Tanto Fabio como Luis Vega, tuvieron la posibilidad de competir, destacarse y luchar campeonatos en el rally provincial. Luego, llegaría la posibilidad de presentarse con el equipo a nivel nacional, en el Rally Argentino.
En la Copa Palio, por ejemplo, en 2005 se lograron podios con Luis María Vega, navegado por Mauricio Armando, llegando a tener dos autos para esta categoría el equipo local.
Luego, en 2007, se daría el salto a una unidad de tracción integral para participar en la categoría Súper R en el certamen nacional sobre un Subaru. Posteriormente, el equipo tendría en su poder un Mitsubishi Evo IX con el que participó también en algunas ocasiones a nivel nacional y sobre todo provincial, siempre bajo la organización y dirección de Víctor Vega.
Capítulo Sudamericano
En 2008, lejos de pensar en su retiro del automovilismo y a los 63 años, Víctor se subió él mismo al Subaru para manejarlo y competir en varias fechas del Campeonato Sudamericano de Rally. Lo hizo por ejemplo en Paraguay y en Brasil, siendo navegado por Rodolfo Dell´Oso.
Esa misma temporada, tuvo también en la butaca derecha a su hija Valeria, como navegante, con quien se presentó en las fechas de Santiago de Chile y de Punta Rivero en Uruguay, en la última parte del año.
El dirigente
Víctor Vega trabajó incansablemente para que San Francisco tuviese automovilismo más allá del rally provincial, que por aquellos momentos era lo más importante en cuanto a la actividad mecánica para la ciudad. “Comencé a trabajar en el predio del circuito El Tala, el 25 de mayo de 2005”, recuerda.
“Fue un movimiento muy grande de tierra el que se hizo. Se diagramaron 7 trazados diferentes que fueron utilizados por distintas categorías del automovilismo y motociclismo, además de una importante forestación, con más de 1.600 plantas, alambrado perimetral y la construcción de baterías de baños con duchas”.
Gracias a su labor, acompañado por su familia, pero sobre todo con su propio empuje, logró años más tarde que tuviésemos en nuestra ciudad nuevamente la presencia de categorías como el Midgets del Litoral o el Certamen Argentino de Motociclismo, además de alguna presentación del zonal del Córdoba Tierra de nuestra provincia.
El Midgets del Litoral regresó en 2009 a nuestra ciudad luego de 14 años de ausencia, corriendo en el óvalo de 496 metros de cuerda que había preparado Vega. Luego lo hizo también en el marco de la 12ª fecha del torneo oficial en 2010.
En 2011, Vega concretó el anhelo de que el Certamen Argentino de Motociclismo volviera a nuestra ciudad tras 23 años de espera. Fue el fin de semana del 16 y 17 de abril cuando se corrió en el circuito “Ciudad de San Francisco”.
Tiempo después, Víctor terminaría dejando la concesión del predio, al cual le dedicó muchos años y tiempo.
La anécdota más recordada
Volviendo a su época de piloto, con más de treinta y dos años de carreras, parando solamente dos o tres años, hay anécdotas para resaltar.
“Cuando viajamos, el día del debut en la Limitada, íbamos nueve acomodados atrás en la chata de una camioneta, más cuatro adelante, o sea que viajábamos trece, además del auto que lo llevábamos tirando”.
“En un momento, andaban todos a los gritos. Te imaginas que éramos trece gritando, entonces miro al costado y el auto de carrera nos pasó como una flecha. Se había desenganchado, pasó volando y se metió adentro de un campo”.
“Nos agarró una desesperación tremenda para sacarlo y no podíamos. Ese colono se quedó sin alambre, porque atamos alambre para sacarlo para atrás, estuvimos más de cuarenta minutos y salimos nuevamente para Las Petacas. Llegamos a tiempo para la carrera y en el día del debut salí tercero, con mi primer auto de la categoría con motor Ford T”, recuerda Víctor, como dijimos en el título de esta nota de DIARIOSPORTS, el mayor de todos en esta historia familiar con los fierros.