Los Maggi, son sinónimo de rally en nuestra ciudad. Primero fueron Gustavo y Eduardo, luego se sumó Rubén como navegante con los recordados Fiat 147, para ya varios años más tarde, contar la familia con la participación del menor de los cuatro hermanos, “Carlitos”, al volante de un Renault 18 primero y luego con un auto de tracción integral, un Mitsubishi.
El campeonato cordobés y el santafesino los tuvieron como grandes protagonistas en distintos momentos, en los últimos tiempos, con Carlos en el Mitsubishi, sentando a su lado a Eduardo en la butaca derecha como navegante, realizando solo algunas carreras al año, cuando los compromisos laborales se lo permitían.
Pero el otro dato curioso, es que Carlos, en su propio taller, se encarga totalmente del armado de su auto, uno de los Mitsubishi Evo VI que marcaron una época gloriosa del rally en nuestro país y tal vez, el mejor que queda actualmente en uso.
Apostando siempre a la pasión por este deporte y al futuro, Carlos Maggi, en los últimos días, cerró un acuerdo con el equipo de Javier Castro para que le construya un VW Gol Trend, de la nueva categoría Proto, que se está armando en nuestro país desde mediados de 2020.
El nacimiento de un nuevo concepto
El Proto, surge de la idea de combinar la carrocería de distintos modelos actuales, con la mecánica de los tradicionales Mitsubishi Evo y Subaru Impreza.
El equipo Schroeder, junto al RC Competición de Javier Castro, fueron quienes construyeron en Córdoba, el primer Proto en nuestro país. Se trata de un VW Golf que cuenta con toda la mecánica de un Mitsubishi.
Esta modalidad de vehículo fue concebida por primera vez por el equipo polaco Dytko Sport y se convirtió en una posibilidad concreta, de reutilizar unidades que están en desuso y a bajos costos, por ejemplo, respecto a un Maxi Rally actual, que se utilizan en nuestro país.
Se toma la estructura de un producto actual y se adaptan el motor, la caja de velocidades, la suspensión y la transmisión, como en el caso de este VW Golf, de un Mitsubishi. Bolivia fue el primer país sudamericano en implementarlo y luego se sumaron Paraguay y Uruguay.
El resultante es un auto de tracción integral, con una mecánica muy confiable, 300 hp de potencia aproximada con motor turboalimentado, pero con unos 150 kilos menos de peso que un Mitsubishi o un Subaru.