Beltramo otra vez tiene que ser creativo para estirar el plantel lo más que pueda y así desarrollar su idea de juego. San Isidro tiene dos fichas mayores lesionados y eso les da minutos a los pibes U19.
En el básquet de Liga Argentina tener dos fichas mayores menos a disposición es mucha ventaja, aún más cuando un equipo no posee sus cuatro U23 que permite el reglamento. San Isidro se las viene arreglando como puede a las malas noticias del inicio de temporada 2023-2024.
En los amistosos de preparación fue Manuel Lambrisca quién sufrió una distención de ligamentos que le privó de realizar la pretemporada a la par de sus compañeros. Cuando parecía que podía regresar a las canchas, se resintió de la misma que lo sigue teniendo con sesiones de kinesiología y su rodilla inmovilizada.
Al exciclista de Junín se le sumó el cordobés Emiliano Cancina que se perdió el duelo del pasado lunes con Independiente de Santiago del Estero por un pequeño desgarro que le demandará días de recuperación y que tampoco estará mañana viernes cuando el rojo reciba a Montmartre de Catamarca en el “Nido” (20:00 horas).
Para poder desplegar la idea que propone Daniel Beltramo, el coach utilizó con más frecuencia a los “pibes”, ingresando en la rotación. En el choque con los santiagueños el que le dio garantías fue el base Vicente Aquadro que estuvo en campo más de 15 minutos. También sumaron su aporte Francisco Melastro y Tomás Raggiardo.
Luego de partido con los catamarqueños, San Isidro tendrá dos semanas para recomponerse. Recién el 10 de noviembre volverá a jugar recibiendo a Sportivo Suardi y el 17 visitará a Deportivo Norte de Armstrong.