San Isidro logró una victoria clave como local ante Racing de Chivilcoy por 76 a 72 y puso 2-2 la serie final de la Liga Argentina. En un partido cargado de tensión, emociones y momentos adversos, el “Rojo” forzó un quinto juego que se disputará el sábado en suelo bonaerense.
Tras el encuentro, Facundo Sanz, una de las figuras silenciosas del equipo, habló con DIARIOSPORTS y dejó definiciones contundentes sobre el momento del grupo.
“Esto es una batalla. No se puede denominar de otra manera. Las emociones están a flor de piel, pero esto es lo que queríamos: llevar la serie a un quinto partido”, aseguró Sanz, todavía con la adrenalina del juego a cuestas.
De la adversidad a la remontada
Durante el primer tiempo, San Isidro llegó a estar 16 puntos abajo ante un Racing que amenazaba con repetir su efectividad habitual. Sin embargo, el equipo local supo reaccionar a tiempo.
“Sabíamos que quedaban 20 minutos y que iban a ser muy largos. Teníamos que evitar caer en su ritmo, frenar las corridas y forzar tiros incómodos. En ataque, mover la pelota, buscar al jugador mejor ubicado. Si íbamos al golpe por golpe, perdíamos. Pero en el tercer cuarto nos pusimos a uno y en el último fue pura garra y corazón”, explicó el interno.

Las bajas y el espíritu colectivo
El equipo de Prota llegó al partido con la baja importante de Lambrisca, un jugador clave en ambos costados de la cancha.
“Sabíamos lo que nos daba Pulpo y que no lo íbamos a tener. Seba (el entrenador) nos pidió en la mañana que demos un 10% más cada uno. Por momentos se notó su ausencia, pero salimos adelante con unión y entrega. Este triunfo también es de la gente, que nos vino a alentar con todo.”
Saglietti, el hombre de las finales
Sanz también destacó la aparición estelar de Marcos Saglietti, otro de los protagonistas del juego.
“Antes de la serie le dijimos que necesitábamos que tire, que sea ofensivo. Capaz en la temporada no fue nuestra principal arma, pero sabemos la jerarquía y experiencia que tiene. Hoy apareció cuando más lo necesitábamos.”
El valor del trabajo invisible
Reconocido por su rol más defensivo y de sacrificio, Sanz explicó lo que representa para él cumplir con ese papel.
“No me molesta no hacer goles. Hay partidos donde hice cero puntos, pero si me toca poner cortinas, defender, rebotear y el equipo gana, soy feliz. Vine a San Isidro sabiendo que hay muchas opciones de gol. A mí me toca hacer el trabajo sucio, y lo disfruto.”

Todo se define en Chivilcoy
La serie está 2 a 2 y el próximo sábado será el capítulo final en Chivilcoy. Allí, San Isidro buscará el tan ansiado ascenso.
“Hay que estar tranquilos, disfrutar el momento. Hicimos un gran trabajo todo el año. Salimos campeones del Apertura, llegamos a semifinales con Suardi, y esta es nuestra revancha. Sabemos que será un partido muy físico, más en su cancha. Pero si hay que morir de pie, que sea jugando así”, expresó.
La familia, siempre presente
Sanz cerró la charla con una mención especial para los suyos.
“Va a haber muchos mendocinos en la tribuna. Ya están buscando departamento en Chivilcoy. Vinieron a San Francisco y les prometí dos partidos acá, ahora quieren estar en el quinto. Todo esto también es para ellos, para los amigos, para la familia. Ojalá podamos darles esa alegría.”
San Isidro y Racing definirán el ascenso a la Liga Nacional este sábado en Chivilcoy desde las 21:00 horas. Un quinto juego que promete ser de alto voltaje, con dos equipos que ya se conocen, se respetan… y están dispuestos a dejar todo.
