Tomás Ligorria ve todo positivo en su desembarco en San Isidro para la temporada que se viene en la Liga Argentina. El cordobés ya estampó la firma y ni bien las flexibilizaciones de la cuarentena lo permitan, llegará a San Francisco.
“Ya te aviso cuando puedo, estoy terminando de rendir en la facultad”, aparece en el whatsapp de DSP, mensaje de Tomás Ligorria, el nuevo jugador de los Halcones Rojos que aprovechó el tiempo de sobra en la pandemia para abrir los libros, prenderse al Zoom y tratar de convencer a los profesores que había estudiado para aprobar una nueva materia.
“Estoy haciendo una tecnicatura en diseño protocolar, organización de eventos y relaciones públicas”, explicita el cordobés de 26 años, que se inició en las inferiores de Atenas y que luego tuvo pasos entre Liga Nacional y segunda división. “Me gusta la carrera, ahora que tuve tiempo me metí, está bueno para aprovechar el tiempo. Es a distancia, así que cuando este en San Francisco la voy a poder continuar”, comenta.
La charla es amena… se pone serio ante la pregunta, pero descifró antes de tiempo por donde venía el tema. A Ligorria le gusta defender duro y en eso se emparenta con Santiago González, quién será compañero, formando una dupla luchadora debajo del aro que no le será sencillo a ninguno poder llegar hasta… ¿Quién lo frena primero a Juan Kelly cuando quiera penetrar?… “Cualquiera de los dos que lo agarre será duro, pero me gustaría ser primero yo que soy más joven”, dice entre risas, mientras que agrega: “no creo que pase, pero en caso de escaparse ´santi´ le da el toque de gracia; lo quiero mucho a Juan, pero seguramente alguno que lo cruce lo tratará de frenar, siempre bien, pero imponiendo respeto”, aclara.
Haber firmado ya con San Isidro lo tranquiliza; su buena temporada en Estudiantes de Olavarría lo avalaba, pero en momentos complicados, poder tener el trabajo asegurado no es para todos: “Es una tranquilidad tener trabajo en estos momentos. Llegar a San Isidro tiene muchos factores a favor, porque conozco mucho al entrenador, conozco a los chicos del plantel. Con la mayoría soy amigo o varias veces nos enfrentamos, con Bruno (por Barovero) tengo bastante relación y con Santiago Ludueña nos enfrentamos siempre en inferiores y jugamos en Parque”.
Su juego
Viene de promediar 9,2 puntos en 21 minutos en Olavarria; le agregó capacidad de conversión, aunque su característica es más de sacrificio: “A mí me gusta ser la famosa rueda de auxilio, en estos años que estoy disfrutando de jugar al básquet como un trabajo siempre hice lo mismo, ayudar en defensa, cagarme a trompadas (sic), en ataque se me abrió el aro al entrenarlo mucho, son varias cosas, pero mi idea principal es donde se necesita ayuda, ir. Cumplí 26 hace una semana, la verdad que estos últimos años me ha ayudado mucho en lo personal a madurar. El hecho de irme a vivir solo se forja un cierto carácter y disciplina que luego se ve reflejado en la cancha. Me agarra en una etapa muy buena en lo personal, ahora habrá que esperar cuando se va a arrancar, porque tengo muchas ganas, como todos”.
A San Isidro, en busca de algo
“San Isidro lo está demostrando que quiere cosas, que siempre da batallas. Lo enfrenté muchas veces, siempre me gustó la ciudad, la gente de como alienta. Las cosas a favor que tiene esto es que hay aspiraciones de cosas importantes, no es lo mismo de ir a un club que juega por jugar, sino de tener un objetivo alto, eso te mejora también. Me gusta el desafío, esas aspiraciones que se crear”.
El armado del equipo: su visión
“La Liga Argentina es una competencia muy dura y los nombres de este equipo son de ir al frente, seguramente habrá química, me gusta hacer dupla con Santiago González, será un placer compartir equipo con él y sobre todo no tenerlo que enfrentar por lo duro que es. Todo cierra bien, porque además el club es un gran club, por eso estoy muy contento”.
