Multicampeona y MVP de la elite del vóley nacional, jugó en Europa y fue la primera jugadora de nuestra ciudad en disputar una Copa del Mundo con la Selección Argentina mayor. Jimena Pérez es emblema de este deporte y DSP repasa ese hecho inédito.
Jimena Pérez es un nombre propio del vóley de nuestro país. A pesar de haber jugado al hockey en sus inicios deportivos, llegó al vóley desde muy chica para dejar una marca imborrable.
Conquistó un sin fin de títulos junto a Vélez Sarsfield en divisiones inferiores. Entre sus logros en primera división figuran una Liga Nacional con Vélez y otra con Boca Juniors, el título de Superliga Española 2 (2009/10) y una Copa Princesa (2008/09) en CV Torrelavega y el campeonato de primera división en Cochabamba (Bolivia), entre otros. En sus vitrinas a nivel personal fue elegida MVP y reconocida en diversas competencias y premaciones, como así también ganadora en su disciplina en los premios San Francisco de Asís al deporte de nuestra ciudad.
Casi de forma inesperada y en la cúspide de su carrera integró el plantel argentino que disputó el mundial de vóley en Japón en el año 2011, convirtiéndose en la primera sanfrancisqueña en jugar uno de los torneos máximos a nivel mundial.
Desde sus inicios a triunfar en Vélez
“Comencé en San Isidro, siguió Alumni -fue campeona provincial-, donde tengo los recuerdos más lindos y los logros mas trabajados (esos que se disfrutan el triple), ahí jugué tres años para después irme a General Paz Juniors de Córdoba Capital. Yo vivía en San Francisco y viajaba dos veces por semana a entrenar y jugar, fueron tiempos de mucho esfuerzo porque yo estaba en pleno secundario, pero esto me abrió muchas puertas. Fui campeona del argentino de selecciones con Córdoba en 2001. Cuando terminé el colegio volví al vóley de San Francisco por un año en El Tala”, contó la “zurda” hace algunos años en un mano a mano con DSP.
Integró planteles de Selección Argentina de menores (sub 16). Y llegó a Vélez a los 19 años desempeñándose en la categoría sub 21 y primera, donde empezó a gestar el “romance” con la institución de Liniers. En ese equipo obtuvo la ex Liga Nacional en el 2012/13 y el cuarto lugar del Sudamericano -venía de ganar la Liga con Boca Juniors 2011/12 y el subcampeonato Sudamericano-. También conquistó dos subcampeonatos de Liga Nacional con el Fortín, en 2013/14 y, en 2016/17 en su retiro.
Además, dejó en nuestro país su magia en AYS Olavarría, donde disputó la temporada 2010/11 y Olimpo de Bahía Blanca en la 2014/15.
Éxitos internacionales
En 2008 llegó el salto al exterior. Recaló en su primera experiencia en el Club de Voley Torrelavega de España, donde jugó dos años. Allí logró la Superliga 2 Española y la Copa Princesa.
El turno del Panatinaikos de Grecia llegó en 2012, quedándose con la quinta posición de la Liga A1 griega 2012/13. Luego, tuvo un paso por México donde logró la clasificación a la liga máxima de aquel país, y su última incursión fuera del país la dio en la primera división de Bolivia en dos temporadas, primero en el club Santa Cruz y luego en Cochabamba, logrando el campeonato.
La Copa Mundial, una experiencia inolvidable
Sin pensarlo, en 2011 llegó un llamado que marcaría su vida. “Ese torneo fue muy hermoso. Con muy poquito tiempo de anticipación fue una sorpresa para todos. Se lesiona Daniela Gildenberger, quien integraba el plantel. En ese momento me llaman a mí y a un par de jugadoras más para entrenar y ver a quién convocaban al mundial. Recibí esa noticia con mucha gratitud, entrené a full pero sentía que probablemente iba a ir alguna de las otras chicas. Conocía a todas mis compañeras. Fue un regalo para mí”, recordó.
Así fue como en noviembre de 2011, con al “albiceleste” lograron tres victorias (a República Dominicana, Argelia y Kenia) y sufrieron ocho derrotas, para terminar en la 10° ubicación.
Además aseguró: “llego a ese viaje como suplente, en el punto catorce del primer partido me toca entrar y no salí más”.
En la experiencia personal recordó lo imponente del país (Japón): “conocimos el museo y la ciudad de Hiroshima, un lugar inhóspito, pensando en cómo se reconstruyeron como ciudad fue muy fuerte. Entrar a ese lugar me cargó una energía impresionante. Además, conocer Japón es increíble: la limpieza, el orden, el silencio, sin un papel en la calle ni ruidos ni bocinas. Fuera del deporte, esa fue una experiencia inolvidable”.
Un cambio de vida
Luego de su retiro, en diciembre de 2017 en Vélez Sarsfield, la ex mundialista incursionó en la dirección técnica de vóley femenino de mayores, comandando el equipo del Banco Super Vielle de Buenos Aires en un certamen bancario. “Lo disfrute mucho porque tenía jugadoras de todas las edades. Fue una experiencia hermosa”, celebra entre risas.
En paralelo continuó trabajando en Vélez en el departamento deportivo -2018-. Pero recientemente decidió dar un cambio de vida y radicarse en las sierras de Córdoba, alejada del deporte, en donde compartió un partido de la liga bancaria con sus ex dirigidas, esta vez como jugadora en un tercer puesto de torneo, que cuenta como ‘su última vinculación con el deporte’.
“Tengo ganas de relacionarme con el vóley para transmitir lo que a mí me enseñó para la vida. Uno vive como juega dentro de una cancha y poder dejarle eso a los niños mas allá de ganar o perder, no tiene precio. Todavía no lo busqué pero siempre esta dando vueltas esa idea y quizás aparezca”, cerró Jime.