La familia que lleva tres generaciones con la pasión por el motociclismo. La inició Carlos y sus herederos de la velocidad continúan la monarquía.
Uno de los máximos campeones que tuvo el motociclismo del interior del país fue Carlos Delgado, quien obtuvo en total 9 coronas argentinas, conformando durante gran parte de su exitosa carrera deportiva, una recordada dupla con Miguel Ángel Tosticarelli, quien se encargaba de la preparación de los motores.
Después, llegó el turno de los hijos (Ariel, Adrián y Gonzalo), para que siguieran la pasión de “Carlitos” por el motociclismo. Pero no quedó ahí, hay una tercera generación de la familia Delgado, también ligada a la velocidad en dos ruedas.
Si bien Carlos Delgado vive allí y representó siempre a la vecina Freyre, quienes sí corrían defendiendo a San Francisco, fueron dos de sus hijos, Adrián y Ariel, radicados en nuestra ciudad. En el caso de Adrián, pudo ser cuatro veces campeón argentino de la categoría mayor, la clase 250cc Fórmula Internacional, consagrándose en las temporadas 2005, 2006, 2008 y 2009 en el Certamen Argentino de Motociclismo (CAM).
“Lo mío con las motos comienza cuando tenía 10 años, pero hice pocas carreras. Al principio corrí con una Puma que me armaba mi papá. De ahí pasé por los zonales que organizaba Víctor Juncos con una 50cc, después compré una 125cc y pasé al zonal de Rigoni que era más competitivo”, recuerda Adrián Delgado, sobre sus comienzos.
“En el 2000, sobre finales de ese año, hago las dos últimas carreras de 250cc de esa temporada en el CAM, con una vieja Yamaha modelo 1994 con la que corría mi hermano Ariel, que se había quebrado la muñeca. Competí en El Trébol y Centeno”, comenta Adrián sobre esas competencias que marcaron su debut en el Certamen Argentino de Motociclismo en óvalos de tierra.
“En 2001 comencé ya con una moto mía a correr en 250cc, siguiendo en la categoría mayor, ya que por la edad no podía correr en otras divisionales como la 125cc Promocional. Fue con una Suzuki, también modelo 1994, que usé hasta el 2003, con la atención de Santiago Albano. En ese momento, el que venía corriendo era mi hermano Ariel, aunque por ahí paraba por un tiempo y luego seguía, cuando podía comprar alguna moto más nueva”.
Ariel, es el mayor y tanto él como Adrián, en ese momento, venían luchando siempre con el presupuesto. Cuando lograban comprar una moto para correr, después costaba reunir el dinero para ir a competir. “A mí, se me simplificó todo cuando entro al equipo de Miguel Tosticarelli como piloto, además de todo lo que pude aprender al lado del Flaco”, analiza Adrián.
Volviendo a esa primera temporada en 2001, Adrián Delgado culminó 6º en el campeonato en la 250cc Fórmula Internacional. “Después, conseguimos un subcampeonato, pero en los años siguientes no nos fue bien”.
“En 2004, Ariel compra una KTM modelo 2000 que la corro yo y tampoco logramos los resultados esperados, terminando en el 4º lugar en el torneo. No contábamos con el presupuesto para seguir y fue así que mi viejo se pone en contacto con Miguel Tosticarelli, y él me da la oportunidad de correr bajo su preparación y en su estructura, en 2005. Moto nueva, presupuesto para gomas, todo para pelear un campeonato”.
Allí comienza nuevamente a ganar peso dentro del Certamen Argentino de Motociclismo, como había sucedido unos cuantos años atrás, la dupla Delgado-Tosticarelli, solo que esta vez, el piloto no era “Carlitos” sino Adrián, bajo la preparación del siempre recordado Miguel Ángel “El Flaco” Tosticarelli.
Y otra vez, llegaron los campeonatos y grandes logros. “Salimos campeones en 2005 y 2006. El año siguiente perdimos el título con Matías Lorenzatto; mientras que en 2008 y luego también en 2009, repetimos el 1”, recuerda Adrián. “Fue más que positivo lo que hice, ya que logré esos cuatro títulos, sumando además los subcampeonatos de 2002, 2007 y 2011, en mi paso por el CAM, siempre en la categoría mayor”.
“Creo que en cierta medida seguí con la tradición familiar. Mi papá, Carlos Delgado, ganó 9 campeonatos en dos categorías diferentes, casi todos junto a Miguel, que logró como preparador más de 40 títulos en certámenes zonales y nacionales, tanto en motos como en karting, y estuvo durante unos 45 años haciendo motores. Nadie, en la categoría 250cc Fórmula Internacional, que eran motos de 2 tiempos, motores con los que Miguel era un genio, tuvo cuatro campeonatos como nosotros. Fue una gran época e inolvidable”, comenta Adrián, quien además compartió varios años, siete en total, trabajando a la par de Miguel en el taller, junto a su hijo “Pablito” Tosticarelli, fallecido trágicamente y muy joven, en un accidente de tránsito.
El retiro
Adrián dejó de correr a los 36 años en 2013. También su hermano Ariel, se había ya bajado de las motos, pero justamente Ariel, fue el primero en abocarse a la atención de motos de competición, armando su equipo. Poco después, Adrián seguiría ese camino, componiendo también una importante estructura en la atención de motos.
Pero, ya venía asomando el menor de los hermanos, Gonzalo, quien también colaboró con trofeos y campeonatos a la dinastía familiar.
“Gonzalo comenzó a correr con solo 8 años en la categoría Minimotos del CAM en 2002, consagrándose campeón”, menciona Adrián, a lo que agrega, “además corrió el Campeonato de Speedway sobre una moto de 500cc, logrando el título en 2010 en la categoría 500 B”.
En 2016, Gonzalo Delgado, obtendría sus primeras victorias en 125cc Internacional en el CAM, con una moto preparada por su hermano Adrián, divisional en la cual sigue compitiendo actualmente, pero desde hace un tiempo, en el equipo de su otro hermano, Ariel.
También hubo tiempo en los últimos años para el debut del hijo de Adrián en el motociclismo. Agustín, se convirtió en el primer nieto del gran Carlos Delgado en correr en motos, subiéndose en 2017, con 9 años, a una moto por primera vez para correr en el certamen Zonal del Centro Santafesino, logrando el subcampeonato.
En 2018 se incorporó al CAM, desde la primera fecha. Ese año, peleó el campeonato en Minimotos, logrando varias victorias y podios, pero una caída en la parte final de la temporada le produjo un esguince de codo y no pudo luchar por el título en la última fecha, quedando subcampeón. Algún otro golpe en 2019, ya en una categoría superior como lo es 50cc Libre, en las primeras fechas de la pasada temporada, lo hicieron parar, momentáneamente, en cuanto a su participación.
La más recordada
Adrián, creció entre el ruido de las motos y la tierra en los circuitos, acompañando a su padre. La anécdota más comentada y por la que siempre le recuerdan al gran “Carlitos” Delgado, es la de su victoria en una carrera en Santa Clara de Buena de Vista, el circuito más tradicional, esa competencia que todos quieren ganar, en “La Catedral” del motociclismo del interior del país.
“La carrera que ganó junto a Miguel Tosticarelli en la preparación, en 1975, en Santa Clara de Buena Vista, esa es la que la gente recuerda. Mi viejo largó la final y se cayó, quedando último. Se levantó, empezó a pasar motos y terminó ganando. El circuito estaba lleno de gente, una multitud. Vinieron, lo agarraron y se lo llevaron en andas al podio. Era una época donde la moto era todo artesanal, se fabricaba todo en el taller, el cuadro, el motor y todas sus piezas, las suspensiones”.
“Carlitos”, en las cuatro ruedas
“Mi viejo, también corrió en autos. Compitió en Fiat 600, en fórmula y después volvió a las dos ruedas, corriendo en motociclismo en asfalto. De hecho, yo también llegué a correr dos competencias en el motociclismo en asfalto en la categoría RZA, en los autódromos de Buenos Aires y General Roca”, recuerda Adrián sobre el final de la nota, en la que tratamos de contar una buena parte de la rica historia de un apellido imposible de olvidar para los amantes del motociclismo de esta región y del país.
Esa historia que comenzó con Carlos Delgado corriendo por primera vez en un zonal, en Freyre, a los 16 años, que lo llevó luego a la gloria en las dos ruedas, donde se codeó en sus comienzos con nombres como el del gran René Heidegger y luego con Norberto Gatti, el “Yoyo” Maldonado o René Zanatta, entre muchos otros, cuando recorría el país compitiendo.