Acompañante, piloto, dirigente… un apasionado de la mecánica y la competición, Héctor Rasetto fue uno de los máximos representantes de nuestra ciudad, sobre todo en el rally, consagrándose Subcampeón Argentino de la especialidad en 1985.
Te invito a conocer su historia, en otra nota especial de DIARIOSPORTS. Les adelanto que es un relato largo, ya que resume casi 50 años de trayectoria deportiva, pero también le aconsejo que no se la pierdan…
Tuvo sus inicios en el automovilismo, acompañando a Carlos Carioni sobre un Peugeot 504 en el Turismo Nacional, en una tradicional competencia como lo era la “Mina Clavero-Carlos Paz–Mina Clavero”, en 1972.
“Ojo, no era navegante, era acompañante, no íbamos con hoja de ruta de la carrera, solamente uno estaba sentado al lado del piloto y ayudábamos en lo que se podía. En esa época, el Turismo Nacional corría en autódromos, en circuitos semipermanentes o directamente en ruta. Ese circuito se llamaba Luis Ramacciotti, en homenaje a un gran dirigente y la carrera terminaba puntualmente en Icho Cruz, cerca de Carlos Paz”, nos comenta Héctor en el comienzo de la charla.
Eduardo Rodríguez Canedo, con un Fiat 125 berlina, fue el vencedor de esa prueba, a lo que Rasetto acota: “Largó atrás nuestro y a los pocos kilómetros nos pasó como poste. Nosotros terminamos en el séptimo puesto”.
“Con ese mismo auto, fuimos a correr luego otra carrera tradicional como lo es la Vuelta de la Manzana. Cuando nos faltaban 60 o 70 kilómetros para terminar, se nos rompió el embrague y abandonamos. Sin hoja de ruta, fui como acompañante. Casi lo prendemos fuego al auto en ese momento”.
“Después de esa competencia, Carlos Carioni vende ese auto y compra otro Peugeot, más nuevo y ya reforzado para la competición. Fuimos a correr el Gran Premio de la Montaña que largaba en Villa María y la primera etapa terminaba en Mina Clavero. Eran 700 kilómetros de recorrido. Se mezclaban caminos de tierra con pavimento. Cuando estábamos casi terminando la primera etapa, en cercanías de Cura Brochero, nos caímos 40 metros en un precipicio. El auto no sirvió más y estuvimos dos días para poder sacarlo del lugar donde había quedado”.
Carioni, era primo de Rasetto y se habían criado juntos. Habían nacido con seis días de diferencia entre uno y otro. Por suerte, ambos no tuvieron problemas físicos con semejante accidente. “En esa carrera, Peugeot nos da una hoja de ruta aproximada de la carrera. Por primera vez tenía algo para hacer como acompañante arriba del auto. Recién a mitad de la etapa, más o menos, encontré el rumbo con la hoja. El problema es que en esa curva veníamos con el escape roto que se desprendió, lo pisó la rueda trasera y nos tiró afuera, en la Cuesta de Cura Brochero, y caímos al precipicio”.
Su debut como piloto y más…
En 1973, Héctor debutaría como piloto en el famoso “Triángulo de Los Cóndores”, luego de armar un Renault Gordini con el que fue a correr con Alberto Reinero de acompañante.
“Ese fue el primer auto que armé. Estábamos en el cuarto puesto cuando se me rompió el motor. Corrí varias carreras zonales también con ese auto y con un Fiat 600, también durante 1973 y 1974”.
En esa época, Rasetto también acompañó a Eduardo Borgogno sobre una cupé Fiat 125. “Fuimos a San Luis a correr con Eduardo. En un especial que tenía 60 kilómetros, promediando el mismo y en medio del monte, nos quedamos sin nafta. Dos o tres kilómetros antes, había un Renault 12 parado, así que me volví caminando a buscar nafta”.
“Cuando estaba por llegar, siento que la cupé arranca, así que me senté a esperarlo, pensando que Eduardo me iba a buscar para seguir. Resulta que salió una camioneta de un campo y le dio combustible. Eduardo puso primera y arrancó para terminar la etapa”.
“Se fue, dejándome ahí tirado, por lo que tuve que caminar 8 kilómetros hasta llegar a La Toma. De ahí hasta San Luis viajé en colectivo con el buzo. Los pasajeros no entendían nada”, recuerda entre risas sobre la personalidad de otro sanfrancisqueño como lo es el “Ternero” Borgogno.
“También corrí con otro gran volante de nuestra ciudad como lo fue Máximo Ferrero, con una berlina Fiat 125, en la Vuelta del Noroeste en Tucumán”.
Largar el “Codasur”
“Me quedé parado un tiempo, hasta que en 1979 compré un Fiat 128 Iava con motor de 1.300cc. Con ese auto, arranqué a correr con Jorge Vera, el Negro, de acompañante. Después de algunas carreras, armo un Peugeot 504 y voy a correr el Rally Codasur (Campeonato Sudamericano de Rally) en 1981, con Héctor Pappa como acompañante, en una de las primeras carreras puntuables por el campeonato del mundo de rally de nuestro país”.
“Ir a largar a Buenos Aires era algo impensado, un desafió nomás el llegar y tener todo listo para poder iniciar la carrera. Tuve la suerte de poder hacerlo dos años seguidos, con mucho sacrificio y gente que colaboraba conmigo”.
“Con ese auto, corrí también en 1981 el Rally de la Bandera que se largaba en Rosario, que tenía tres etapas y terminaba en Mina Clavero, recorriendo gran parte de las sierras de Córdoba. Esa competencia se realizó del 19 al 21 de junio y la ganó el gran Francisco Alcuaz, seguido por Ricardo Albertengo padre, que fue segundo; y tercero terminé yo. Corríamos en la clase C y D, de mayor potencia en ese momento”.
“En 1982, también fui a correr con otro gran piloto como Tito Germani, a Bariloche, de acompañante. Cargamos el auto en un camión Mercedes 1114 y salimos. Habíamos armado unas camas en el buche de la chata del camión y al lado del auto, para ir durmiendo en el viaje. Eran otras épocas, hacíamos locuras para correr. Cuando no podía manejar un auto, iba y corría con el que me invitara a acompañarlo”, agrega Héctor.
Subcampeón Argentino
Otra vez, Rasetto estuvo un tiempo sin competir hasta 1983, cuando compraría un casco totalmente nuevo de Fiat 128 Europa y armó el auto de competición con todas las partes de otro chocado que compró en Freyre, al que le sacó toda la mecánica. “Fue un trabajo de locos, pero que dio sus frutos al poder consagrarme Subcampeón Argentino en la Clase 1 en 1985, con Enrique Martina de navegante”, recuerda Héctor respecto a su mayor logro deportivo.
Luego se armó un Fiat 147, corriendo a nivel nacional ya en forma esporádica y participando también en algunas fechas del zonal cordobés. Ese auto, se vendió a la familia Maggi, de nuestra ciudad, en 1991. Con ese mismo Fiat 147, Rasetto corrió otra vez una fecha del Rally Mundial, con el Dr. Jaime Sas, de Córdoba, como navegante.
Deportista del año
Volviendo a 1985, esa temporada culminaría para Héctor Rasetto con una gran distinción, ya que el Círculo de Periodistas Deportivos de nuestra ciudad lo elegiría como el “Deportista del Año de San Francisco”. Al respecto, comenta: “Es un recuerdo imborrable ese. Poder coronar un año con un Subcampeonato Argentino, en 1985, no era muy sencillo, eran épocas muy distintas. Yo creo que esto lo tuvieron en cuenta los periodistas de ese momento para entregarme el premio al mejor del año de la ciudad por ese logro. Para nosotros ir a Carlos Paz era muy difícil, hoy en día competir en las sierras de Córdoba es algo normal para los chicos. Era todo un desafío para nosotros, me perdí una noche en pleno centro de Carlos Paz y le tuve que preguntar al público para dónde ir”.
“Imaginen lo que era entonces recorrer el país para disputar un certamen nacional. Cuando fui nombrado deportista del año fue una sensación muy hermosa, gratificante para mí y mi familia. Son cosas que uno no se las olvida nunca”.
Seguir corriendo
Pero la pasión por acelerar continuaba. Siguiendo su línea deportiva, mencionamos que corrió también con José Luis –Cacho- Benedetto de navegante en el primer rally de nuestra ciudad, organizado por A.Pi.Kart, a comienzos de la década de 1990; y durante algunas fechas del campeonato santafesino.
Otro logro como piloto lo alcanzó en 1998, cuando obtuvo el subcampeonato a nivel provincial cordobés en la categoría N6, con un Renault 18, siendo navegado por Rodolfo “Fito” Giacosa y en algunas competencias por Héctor Benedetto.
Después, fue el tiempo de hacer un paréntesis en su carrera deportiva, la cual retomó recién en 2004. Armó un Renault 18 junto a David “Pani” Tisera, compitiendo en el rally santafesino durante algunas carreras.
Volver, siempre volver
Otra vez esperar sin correr, para en 2008, armar un Fiat Palio de la categoría N2 con el que regresó, a los 58 años, al Campeonato Argentino de Rally.
En 2010 disputó con ese mismo auto el “30º Rally de la República Argentina”, culminando junto a Ariel Canalis en el primer puesto en la clase A6 por el Campeonato Sudamericano y siendo segundos en su categoría en el IRC (Internacional Rally Challenge).
“Conseguir mis primeros puntos en un campeonato del mundo fue algo que me dio mucha emoción. A pesar de mis años, siempre tuve el ímpetu de un joven para encarar todos estos desafíos”, comenta el “Gringo” al respecto.
En 2011 volvió a correr por el mundial, en una de sus últimas carreras, ya que había llegado el momento de bajarse del auto para darle paso a su hijo Federico quien realizó algunas competencias.
Cabe acotar que Héctor Rasetto, en su trayectoria deportiva, pudo compartir su pasión con su esposa Claudia, que lo navegó en algunas carreras, sobre todo en San Francisco y también con su hija Lucrecia y otro de sus hijos, Federico, quien llegó a manejar también en alguna oportunidad un auto de rally.
Dirigente y otro premio especial
Héctor Rasetto, durante muchos años, fue organizador de la fecha que se hacía en nuestra ciudad del Rally Cordobés. Y hasta llegó, además, a correr también en las primeras ediciones de aquellas carreras llevadas adelante por la subcomisión de automovilismo del Sport Automóvil Club, desde 1995. Incluso, en algunas ocasiones, fue él mismo el único organizador de toda la carrera, solo con un grupo de amigos colaborando.
En 2016, otra vez el Círculo de Periodistas Deportivos de San Francisco le entregó una distinción, esta vez fue el “Premio a la Trayectoria Deportiva”.
Sobre aquella noche especial en el mes de diciembre, Héctor comentó: “Me tomó un poco de sorpresa, no lo esperaba, pero hay que valorarlo. Que el Círculo de Periodistas Deportivo haya decidido esto para mí es un verdadero honor. Lo que hice durante tantos años fue con mucha pasión, el automovilismo me dio grandes satisfacciones”.
“Tuve la suerte de viajar por todo el país y algún país limítrofe. A veces paraba por un tiempo, sin correr por alguna cuestión presupuestaria o mientras armaba un nuevo auto, pero siempre me mantuve en actividad. El automovilismo me dio grandes satisfacciones, por lo que estoy sumamente agradecido a todos los que me acompañaron, a los amigos y en especial a mi familia. Fueron casi 50 años desde que empecé a relacionarme con este deporte, cuando era mecánico en el taller de Peccile y le armábamos el auto a Héctor Manzotti”.