Disfrutando de sus cortas vacaciones en su ciudad natal junto a su familia, Matías se hizo un espacio para realizar un balance del 2018 en DSP. Su continuidad en la reserva de Vélez Sarfield, el salto a Primera División, su primera vez en el banco en la Superliga y hasta la firma de su primer contrato profesional, todo eso vivió el sanfrancisqueño este año.
Sobre su año Borgogno expresa que “fue un año que sobrepasó mis expectativas. Mi primer objetivo era agarrar continuidad en reserva y ahí sumar de a poco para llegar al plantel profesional. Y se me dio todo muy rápido ya que empecé atajando en reserva a principio de año y en marzo ya subí al plantel profesional y no bajé más, sólo para jugar los partidos de reserva. Pero la consagración del año fue haber ido al banco de primera tres partidos”.
Con los pies sobre la tierra sabe que tiene que esperar el momento para cuando le llegue la oportunidad. “Sabemos de la deuda pendiente que tiene el club con los arqueros de inferiores de grandes. De todas formas nos dicen que siempre se apuesta por los ‘pibes’ que se formaron ahí, como así también sabemos que el arco de Vélez es pesado donde atajó un gran arquero y dejó la vara muy alta”.
Ante esta situación dice que “sé que tengo que estar preparado y con la cabeza tranquila esperando que llegue el momento. Tengo 20 años y no me tengo que desesperar pero tengo las ganas de algún día devolverle a Vélez todo lo que me dio”.
Pese a la llegada de Heinze la estructura de juego no se modificó. “La forma de juego que tiene la institución va de la Primera hasta la categoría más chica, siempre con la misma idea de juego que es tenencia de balón. Hoy se lo ve y se refleja en el primer equipo”.
Entrenar en Primera ya tiene otro gusto y compromiso. “Son entrenamientos muy exigentes, pasamos casi todo el entrenamiento con la pelota en contacto. Los arqueros tenemos mucho juego con los pies que es lo que quiere el entrenador”.
Hoy Gabriel Heinze, el DT del “fortín”, es uno de los entrenadores más valorados en el fútbol argentino. El golero sanfrancisqueño aduce que “es un entrenador que te deja muchas enseñanzas a nivel jugador. Como entrenador está aprendiendo y va por buen camino. Es muy motivador, para él lo más importante es tener un buen grupo y de ahí meternos de pelear cosas como entrar a una copa. Su cuerpo técnico está muy bien formado por ex jugadores y eso te da la tranquilidad de que saben por las situaciones que el jugador puede llegar a pasar”.
Lo que se viene en el 2019
Si bien termina un año muy bueno en lo personal, Borgogno espera seguir creciendo en el 2019. “Quiero seguir creciendo y aprendiendo. Si bien soy chico, en mi cabeza el objetivo es poder debutar en primera y agarrar continuidad en el arco de Vélez. Esperemos que llegue antes de junio y sino a seguir pelándola para que el 2019 sea un poquito mejor que el 2018”.
Si bien tiene la posibilidad de buscar otras alternativas prefiere pelearla en el club de Liniers. “Tuve la oportunidad de irme a préstamo pero no lo tengo en la cabeza irme de Vélez. Quiero pelearla ahí y sí se da en Vélez mejor y sino veremos más adelante, no estoy apurado”.
El trato en primera
El puesto de arquero es diferente al resto y el trato con sus colegas es elemental. “Somos compañeros y para mí lo principal es el respeto. Yo trato de darles tranquilidad y el mejor de los apoyos a los que están atajando. Porque uno la va a necesitar cuando me toque atajar a mí”.
Su primera vez en el banco en la Superliga
Matías tuvo su primer llamado a una concentración en un viaje a San Juan donde Vélez enfrentó a San Martín. “Ese día fue único. Pasó todo muy rápido, de la nada me llega un mensaje en el que me avisaban que tenía que ir al banco y no lo podía creer. No paraba de llorar, quise llamar a mi viejo y no pude, le tuve que mandar un mensaje. Fueron tres días en los que no pude dormir”.
