Héctor Benedetto, enseñó y explicó a muchos, lo importante que es la labor del navegante sobre un auto de rally. La confianza y el entendimiento lo es todo entre piloto y navegante, cuando ambos van lanzados a plena velocidad y quien maneja, solo tiene oídos para la voz de quien le “canta” la hoja de ruta.
Y qué mejor que empezar esta charla con DIARIOSPORTS, contando una de las tantas anécdotas que tiene Héctor Benedetto en su extensa trayectoria en el rally.
“No me voy a olvidar nunca, cuando comenzó a correr mi sobrino, Marcos Benedetto, siendo yo el navegante. En el tramo Ascochinga-La Cumbre, con un Fiat 147, cuando lo veníamos terminando, en el final, se nos rompe una goma. Se corta además un caño de freno y se nos rompe la caja de velocidades, nos quedamos sin primera velocidad. No tuvimos tiempo de nada y salimos a correr el siguiente especial, que era La Cumbre-Agua de Oro, con todos estos problemas. Marcos, que no sabía manejar un auto de calle, se quería hacer el gran corredor allá arriba, en la montaña, hasta que le paré el auto en pleno tramo y le dije que me bajaba, que yo no me iba a caer en un precipicio. Así que después de que se largó a llorar y luego de que se tranquilizó un poco, le puse de vuelta el auto en marcha, y entonces sí seguimos en carrera y él hizo las cosas como le decía”, cuenta entre risas Héctor Benedetto, sobre ese momento, en el que Marcos tenía solo 16 años y venía de competir en el motociclismo.
Nacido en nuestra ciudad, el 27 de mayo de 1957, la trayectoria de Héctor Benedetto dentro del rally comenzó a mediados de la década de 1990. “Siempre fui un apasionado de los fierros. De joven, anduve más cerca de las motos, ya que competía mi hermano Cacho y después, fue el turno de acompañar de pequeño a mi sobrino Marcos Benedetto, en las motos”.
“En 1996 comencé en el rally y ya al año siguiente, tuve la oportunidad de salir campeón de navegantes, cuando corrí con Jorge Rasetto, con un Fiat 128 con motor de 1.300cc. Nunca manejé, jamás estuve como piloto en una carrera”.
“En 1998, corrí una parte de la temporada con Jorge Rasetto y la otra con su hermano, Héctor. Además, hice algunas competencias con Marcos Benedetto, justamente cuando él empieza a competir, con un Fiat 147. En el año 2000, Marcos corrió con otro navegante y yo lo hice junto a Héctor Rasetto, logrando el subcampeonato en la clase N6”.
En familia…
Poco después, Héctor Benedetto ya no se bajaría, por un largo tiempo, de la butaca derecha en cada participación de Marcos, peleando “tío y sobrino” por cuanto título hubiese en disputa, en distintas categorías, logrando grandes resultados y consagrándose como una de las duplas más importantes, sobre un auto de rally, en esta parte del país.
“En el 2001, fuimos subcampeones de la N5 con Marcos, con un VW Senda, integrando el San Francisco Rally Team, un gran equipo con varios autos y binomios locales, que se había conformado en esa época. En el 2002, con un VW Gol de vieja generación, pudimos lograr con Marcos nuestro primer campeonato juntos, en la clase N1”.
“En la siguiente temporada, con ese mismo auto, fuimos subcampeones. El 2006 fue uno de los años que más recuerdo, porque logramos nuestro segundo campeonato con Marcos en el rally cordobés, esta vez corriendo con un VW Gol pero en la clase A6, una de las más importantes de autos de tracción simple”.
“Además, recibí el Premio a la Trayectoria Deportiva, esa temporada, por parte del Círculo de Periodistas Deportivos de San Francisco, una distinción que me llenó de orgullo”, recuerda el popular “Tío” Héctor, como lo llaman muchos.
“En el 2008, volvimos a salir campeones con Marcos, en la competitiva clase A6 del Rally Provincial Cordobés, en otra gran temporada juntos”. Ese fue el tercer título a nivel provincial logrado por el binomio sanfrancisqueño, en el campeonato más importante de la especialidad en el interior del país.
Señor navegante
La experiencia, su comprensión de los caminos, el profesionalismo para confeccionar una hoja de ruta y su labor en la butaca derecha sobre un auto de rally, lo llevó a Héctor Benedetto, a acompañar a muchos pilotos en distintos certámenes.
“Fueron en total 16 pilotos a los que tuve la suerte de navegar, todos muy buenos. Jorge Rasetto en los comienzos, mi hermano Cacho, Marcos Benedetto, Gabriel Fernández, Héctor Rasetto con quien también corrí a nivel nacional en 2009 con un Fiat Palio, Carlos Borgonovo y su hijo Juan Pablo, Eduardo Borgogno, entre otros”.
“También tuve la posibilidad de correr con Luis Vega a nivel nacional, logrando culminar en tres competencias, siempre en el podio. Navegué a Carlos Maggi, a Damián Maggi, con quien fui subcampeón en el Rally Santafesino en 2009 en la clase N7; además de correr con Juan Carlos Grasso, Guillermo Clemente y Agustín Bolatti, con quien fuimos subcampeones en 2014 en la categoría N2 del Rally Santafesino”.
“Después lo navegué a Tomás Perotti, con quien tuve la oportunidad de subirme a un auto de tracción integral, en algunas competencias a nivel nacional y provincial, además de correr también con él, sobre un Maxi Rally, que era para mí un sueño por cumplir”, comenta Héctor.
“En 2018 tuvimos un golpe en el Rally Cordobés, sobre un Ford Ka. No fue muy fuerte, pero me lesioné la espalda. Por suerte ya me recuperé, pero desde ese momento no estoy corriendo, aunque siempre lo sigo acompañando a Tomy a las carreras, que sé que está para pelear bien adelante y disfrutando cada vez que puedo, con amigos, de todo esto”.
Por acá pasamos…
Héctor Benedetto, también tuvo un gran aporte para las últimas ediciones del “Rally Ciudad de San Francisco”, que se realizó hasta 2013. Era él la persona encargada de idear el recorrido, de planificar meses antes en cada lugar, en vecinas poblaciones a nuestra ciudad, los caminos por donde se haría cada tramo especial de velocidad de la carrera.
“En el automovilismo y fundamentalmente en el rally, hay que ponerle mucho empeño. Si bien tratamos de divertirnos y disfrutar, hay que trabajar muy duro. Son dos o tres días de actividad en los que, piloto y navegante, tenemos que confeccionar la hoja de ruta, la repasamos una y otra vez hasta que creemos que está todo asentado perfectamente, y después comienza la carrera. Por eso, a los chicos que recién empiezan, el concejo es que trabajen duro, que recorran kilómetros y aprendan, la experiencia es invaluable”.
Sobre el final de la nota, qué mejor que contar otra anécdota, de las que le dejó su carrera deportiva. “En un rally que veníamos ganando con Marcos, que era un consagrado piloto ya, se nos rompe el auto en el último tramo, cuando faltaban solo 1.000 metros para terminar la carrera… y lo intentamos hacer marcha atrás, ya que era la única marcha de la caja de cambios que entraba. Hicimos unos 200 metros, yendo para atrás con el auto, hasta que se rompió también y nos quedamos a pie. Siempre, pero siempre, uno intentó dar lo mejor de sí, aunque a veces depende de los fierros también”.