Lautaro Giaccone habló tras firmar su primer contrato profesional con el club y dejó sus sensaciones por dicho momento.
El plan integral que busca llevar adelante la Comisión Directiva de Rosario Central empieza a conformarse, con la firma de los primeros contratos de varios juveniles que formaron parte de la Reserva que dirigió el Kily González hasta marzo de este año. El último en estampar su firma es Lautaro Giaccone, que habló en exclusiva con Mundo Central sobre sus primeras sensaciones al respecto.
“Es algo muy lindo, una emoción gigante. Una felicidad enorme poder firmar el primer contrato con el club en el que venís jugando desde muy chico”, expresó Giaccone y agregó: “Esto hay que vivirlo en el día a día. Uno siempre tiene que estar bien y preparado para lo que toque, sea bueno o malo. Esto es un mimo al alma que te hace el club”.
Respectó a su forma de jugar y sus características, el juvenil de 19 años contó: “Suelo jugar de extremo o de interno por ambos lados. Soy un jugador rápido, zurdo y con buena pegada”. En línea con eso, el oriundo de San Francisco, comentó que Ángel Di María y Giovani Lo Celso son sus espejos a seguir en la posición.
Cabe destacar que Giaccone arribó al club a comienzos de 2017, tras quedar a fines de 2016, para jugar en séptima división de AFA. El jugador resaltó: “En Central me encontré con un club muy armado, cada uno tenía su psicólogo en la pensión y no te dejaban caer nunca. Creo que eso fueron las cosas que me hicieron adaptarme rápido”.
Consultado sobre como es el Kily González como DT, el extremo opinó: “El Kily está enfermo por el club. Que te hace sentir en todo momento el sentido de pertenencia que tenés que tener, seas de la ciudad o no. Siempre nos decía que el escudo que llevás en el pecho lo tenés que representar a muerte donde te toque jugar, como el hacía como jugador”.
Por último, se marcó su próximo objetivo. “El objetivo es afianzarme en Reserva y sumar la mayor cantidad de minutos posibles, para cuando me toque dar el salto a Primera estar preparado”, concluyó.