Se transmite de padres a hijos, de generación en generación. De goleador a goleador, de Juan Manuel a Juan Ignacio, de Aróstegui a Aróstegui. El primogénito del histórico jugador de Sportivo Belgrano convirtió su primer gol con la camiseta verde, fue justamente en su debut, lo mismo que su padre había logrado en 1994.
Son esas casualidades o causalidades; pasaron 25 años para que un Aróstegui vuelva a convertir un gol en el primer partido que juegan. Juan Manuel, luego de ser campeón en el Nacional de Baby Fútbol con Don Orione pasó a Sportivo y en la primera fecha le marcó a Roca en una liga paralela a la Cordobesa.
“Me acuerdo que fue en Sudamérica, ese año jugamos de local en esa cancha. Fue un centro desde la derecha, entro en el área y de cabeza marqué mi primer gol en Sportivo”, le dijo JM9 a DSP.
Juan Ignacio repitió la historia. Tras recuperarse de una lesión que le privó por seis meses de estar activo, la semana pasada saltó a la cancha por primera vez en Devoto ante Sociedad Sportiva y fue el autor del segundo para la goleada 4-0 en el Torneo Integración. “El mío fue en Devoto, también después de un centro atrás pero yo le pegué con derecha”, comentó.
Juan Manuel estuvo en ese partido; el actual coordinador de divisiones inferiores y vicepresidente de la institución lo vivió de una manera especial: “Me emocionó más por el hecho de que venía de seis meses sin jugar, por la ilusión que tenía de debutar en Sportivo y que tuvo que esperar por la lesión”.
“Juani” describió el momento de ponerse la camiseta verde: “Fue una muy linda sensación jugar con la camiseta de Sportivo. Me gustaría hacer más goles que mi viejo, creo que es difícil pero si los hizo él…”
“Es inevitable que no siga estos pasos de futbolista, él va a ser jugador de fútbol no por una cuestión de genes sino por lo que vivió por mi profesión. Él vivió experiencias conmigo en este ambiente, las vivencias de vestuarios, de entrenamientos, de partidos, de entrar a la cancha. Mientras él sea feliz para mí haga lo que haga me va a enorgullecer. Uno siempre quiere que siga los pasos de uno, pero sabe que es duro y no quiero que pase por los momentos duros que uno vivió. Pero siempre le digo que ponga el pecho, las cosas pasan y hay que enfrentarlas para seguir adelante”, fue describiendo Juan Manuel.
Una vez terminado, Juan Ignacio fue contundente: “Quiero ser jugador de fútbol”.
El legado está en buenas manos, o mejor dicho, en buenos pies…