Habían echado a todo el cuerpo técnico, no quedaba nadie más que jugadores en el banco de suplentes. Juan Pablo Francia se puso la campera larga y se adueñó del “corralito”.
Los primeros 90 minutos de la finalísima por el ascenso a la B Nacional entre Santamarina y Sportivo Belgrano se jugó el miércoles 26 de julio de 2013 en Tandil. La noche con bajísima temperatura se calentó y mucho en el segundo tiempo.
Fue un partido con infinidad de polémicas, Giannini a instancias de sus jueces de línea habían anulado dos goles de la verde y expulsado a Luciano Mazzina (doble amarilla) y a Agustín González Tapia (roja directa).
Justo luego de esa segunda roja que voló por el aire tandilense, a los 30 minutos del complemento, un “tumulto” dentro de la cancha obligó a todo el cuerpo técnico verde a ingresar para separar y recriminarle al juez por la decisión.
Tras calmarse los ánimos, el propio árbitro expulsó a todos quedando solo los suplentes en el banco. Allí estaba, luego de ser reemplazado, Juan Pablo Francia. El talentoso sanfrancisqueño se calzó el camperón y se paró en el borde de la línea lateral comenzando a dar indicaciones y alentar a sus compañeros.
La imagen impactó a todos, inclusive JPF10 ya en posición de DT pidió en reiteradas oportunidades que desde el fondo lo busquen a Aróstegui para que “aguante” la pelota y se desesperó cuando no la podían sacar. En el final se fue a festejar con sus dirigidos, perdón, con sus compañeros.
Todo valía en esa final, el esfuerzo vio sus frutos unos cuatro días después coronando el gran ascenso.