Luciano Ribodino se consagró el pasado fin de semana como campeón en el Superbike 1000 en el mítico circuito de Buenos Aires. El sanfrancisqueño dejó en claro el momento deportivo que vive, pero analiza dar un paso al costado en 2023.
El número 1 nuevamente en su pecho, festejando en el podio del tradicional trazado de Buenos Aires. Toda una postal para Luciano Ribodino que destapó el champagne brindando por un nuevo título dentro del motociclismo nacional.
El sanfrancisqueño se colgó su tercera corona a nivel Argentina, quien se había adjudicado en 2012 la 600cc Súper Sport y en 2017 el Superbike 1.000cc, campeonato que volvió a repetir en este 2022. Sus logros también rompieron fronteras, en 2012 y 2013 fue el mejor en Moto 1.000cc GP en el Superbike Brasil, entre los títulos más destacados de su carrera deportiva.
“La verdad que estoy contento por todo lo que se pudo lograr el fin de semana, pudimos andar muy bien, clasificar primero, ganar la carrera y poder conseguir el campeonato con autoridad. Estuvimos todo el año peleando en el campeonato, principalmente desde mitad del año en adelante la moto fue muy competitiva, ahí dimos un salto y eso me permitió poder ganar unas carreras que terminaron con este título”, manifestó en una entrevista con el medio Córdoba Competición.
Si bien la alegría por ser el mejor en la categoría más importante del Superbike Argentino perdura, el futuro de Luciano no está asegurado. “Es un poco difícil el tema del futuro, tengo posibilidades de ir a correr afuera, pero uno no vive del motociclismo, no es profesional, es un hobby pero trato de hacerlo lo más profesional posible. Ir a correr a fuera se pierden días de trabajo, por eso posiblemente el año que viene se puede dar un paso al costado para dedicarse al trabajo o ver si seguimos un año más. Esta todo muy difícil combinar lo deportivo con lo profesional/laboral. El motociclismo no lo ven profesional como a una categoría de autos, podemos estar tranquilamente a la altura por el nivel que hay en el país. Muchos de los pilotos que corrimos desde chicos estamos llegando a una edad en la cual el trabajo empieza a ser prioridad y las motos no tanto”, concluyó.
