A sus 28 años le llegó la posibilidad de regresar al club que lo vio nacer como profesional. Tras aquel 21 de julio de 2007 en el que debutó en Liga Nacional ante Ben Hur de Rafaela, Bruno Barovero no logró aguantar la transición de “juvenil-mayor” en Atenas y se fue formando, principalmente en la segunda división nacional.
El escolta de 1.93 metros dio sobradas muestras de su capacidad goleadora, se llevó ese premio en 9 de Julio de Río Tercero una vez (21.5 puntos) y lo repitió con campeonatos y MVP incluidos en Libertad de Sunchales en la edición pasada, bisagra en su trayectoria para pegar el salto definitivamente a la liga mayor (ya había estado con Libertad) con roles protagonistas.
Sobre finales de 2018 se fue de Peñarol de Mar del Plata (16.4 puntos y 11 de valoración, en casi 27 minutos dentro del campo de juego). En cuanto a la efectividad demostrada, sus números son por demás positivos: 56.2% en triples (9/16), 47.6 % en dobles (20/42) y 78.9% en libres (15/19). Sus mejores juegos fueron ante Quimsa e Hispano, con 28 y 24 puntos respectivamente.
El llamado del verde lo deslumbró, sus ganas de regresar siempre estuvieron latentes, ahí le quedó una “espina clavada” y querrá ir sacándosela desde esta noche misma. En el sur argentino, visitará a Gimnasia de Comodoro Rivadavia en el primer juego del año.