El jugador oriundo de Frontera, que pertenece a Talleres de Córdoba, nunca pudo viajar a España para incorporarse al Flat Earth. La pandemia demoró su Visa de trabajo. Entrena en Córdoba y aguarda renovar contrato para poder emprender subirse a un avión que lo lleve a Europa.
El delantero de 22 años, surgido en Deportivo Sebastián del Baby Fútbol de nuestra ciudad, luego de su fugaz paso por Sportivo Las Parejas en el Federal A, tenía todo arreglado para viaja a España y sumarse al particular club terraplanista llamado Flat Earth.
La visa de trabajo nunca le llegó por demoras causadas por la pandemia y el campeonato de tercera división ya culminó. Desde febrero que se había confirmado su préstamo hasta la actualidad, tuvo que rebuscársela para entrenar y estar en forma.
“Yo tengo un contrato a préstamo firmado con ese club a partir del 4 de febrero y hasta junio. Me dijeron que tenía que esperar la visa de trabajo para poder viajar, pero no llegó porque en España estaban en estado de alarma por la pandemia y recién se levantó el 9 de mayo. Ahora voy a renovar el préstamo hasta junio de 2022 y a mediados de julio viajaré hacia allá. Ahora sí es seguro que me voy y que voy a volver a jugar”, comentó en Mundo D de Córdoba.
“Estuve entrenándome con la reserva porque tengo contrato con el club, pero obviamente no podía jugar. Sólo entrenarme, porque el contrato con el club español me lo impide. No podía jugar ni con los profesionales ni con la reserva. La verdad es que fue complicado, porque, además de no jugar, la visa no llegaba. De hecho todavía no me llegó, pero si me llegara hoy no viajaría, porque el plantel del Flat Earth está de vacaciones y hasta agosto no se vuelve a jugar el torneo allá”, agregó.
Beltramone contó que en estos últimos meses no la pasó bien. “Estuve medio perdido por eso, por el tema de los papeles, por eso no se sintió mi nombre. Me dio mucha bronca la situación y se hizo difícil pasarla, pero la fui sobrellevando. Imaginate: no poder hacer fútbol por el riesgo de una lesión. Los primeros dos meses corría nada más, pero cuando vi que la situación se complicaba y los papeles no llegaban, fui a hablar con el coordinador de juveniles del club para que me permitiera hacer fútbol. No podía estar tanto tiempo sin hacer prácticas de fútbol. Por suerte este último mes y medio pude hacer entrenamientos de fútbol. No completé 90 minutos, pero sí 60 o 70 y hoy me siento bien”, subrayó.