Amanda Scarafía de Felizia es sin dudas el máximo exponente del golf en San Francisco, lo fue en la provincia y también en el país, llegando a ser la mejor de Argentina Amateur a comienzos de la década del ´80.
Solo hay que llegarse hasta Villa Allende, en el Córdoba Golf Club, para darse cuenta la importancia de Amanda Scarafía de Felizia en el golf provincial. Su nombre aparece por muchos lugares en el espacio dedicado a la historia y ganadores que hay dentro del Club House. Sin dudas que está el “Pato” Cabrera, con sus hitos en el Master de Augusta y en el US Open, pero allí también la sanfrancisqueña se ganó su lugar.
O para no ir tan lejos, ingresar en la Casa Club del Jockey San Francisco, allá sobre finales de la calle 1° Colonizadores, en la zona Norte, donde ella arrancó con sus primeros swings llegando a lograr cuatro veces ser la “campeona del club”, torneo más importante que se disputa en nuestra ciudad y que una pared especialmente dedicada a la competencia deja fehacientemente asentado los logros.
Amanda sin dudas es la máxima exponente del deporte por estas latitudes; “Yo ya no juego más, pero voy a la cancha lo mismo”, dijo en una entrevista que brindó por Instagram Live a la Federación de Golf de la Provincia de Córdoba, charla comandada por el Gerente de la misma, Félix Naum.
Tiene tres hijos, 10 nietos y dos bisnietos; nació en San Francisco y siempre vivió en nuestra ciudad. Aquí comenzó su carrera deportiva, fue de grande, pasado los 30 años continuando con el legado de su padre, César Scarafía, impulsor del golf por estos lares y fundador de la cancha del Jockey Club San Francisco en 1947.
“Yo comencé de grande, todos creen que fue desde chica por lo que logré, pero no; fue de grande. Más temprano se empieza es mejor, pero en aquellos años no era tan sencillo como ahora”, recuerda una de las propietarias de la reconocida y exitosa empresa de Seguros El Norte. Además es Licenciada en Historia, título que consiguió en Córdoba, “Tuve la suerte que mis padres nunca me dijeran que no me dedicara a lo que yo quisiera, por eso le dediqué mucho al deporte, primero en el tenis y luego en el golf. Me casé, tuve mis tres hijos. No fue una cosa premeditada comenzar a jugar golf, sino que en un momento y luego de un tiempo sin hacer deportes, iba a la cancha a ver a mi papá, a mis hermanos, a mis cuñados que jugaban todos. Sin premeditarlo empecé, acá en San Francisco”, rememora.
“Tuve mucha suerte con el golf, progresé rápidamente, o por el tenis o por las casualidades, no sabría decir. El golf es difícil, estás sola con la pelota en el suelo, hay que pensar mucho que se va a hacer, desde el grip, desde cómo estás parado, muchas cosas. Tuve la suerte de ganar muchos campeonatos en la zona. El Jockey Club San Francisco y el Córdoba Golf Club son mi segunda casa, siempre me han tratado muy bien, desde los caddies hasta las autoridades. El primer hándicap que tuve lo saqué en el Córdoba Golf porque acá la cancha no estaba homologada. No me acuerdo con cuanto arranqué de hándicap, pero llegué a tener 1, nunca fui scratch, aunque todos los torneos se jugaban como tal”.
Para tener la real dimensión de lo que logró Amanda Scarafía, en su currículo ostenta 11 torneos ganados en el Abierto del Centro, 12 Abiertos de la Provincia, 7 Sudamericanos por equipos, 3 participaciones en Mundiales Amateur.
“Mientras iba jugando estos campeonatos he ganado el Abierto de Olivos también. Uno de los que más me ha emocionado es la Copa de Oro en Mar del Plata que se jugaba en enero, la gané dos veces y ahí estaban todas las mejores jugadoras del país”
En Buenos Aires, en 1980 ganó el torneo Amateur de Argentina en el hoyo 37 en la definición ante María Marta Abramoff en el Club Argentino, transformándose en la mejor jugadora del país por primera vez: “Me quedé a dormir en el club esa noche, me desperté media desesperada pensando que me había quedado dormida para salir a jugar la última ronda. Fue importante, estresante también porque estaba dos abajo al hoyo 16, gané ese 16, gané el 17 y en el 18 María Marta tenía un putt para ganarlo y lo erró. Jugamos el hoyo 1 para desempatar, con tres golpes estábamos en el green y metí un putt bastante largo, ella tenía que meter para empatar y lo erró. Fue muy emotivo porque yo era una mujer grande cuando gané el campeonato Match Play, tenía 48 años, nada que ver con lo que ocurre en estos días, que con 20 años ganan todo”, contó con lujos y detalles de aquella recordada definición que le sirvió como revancha al haber caído en 1970 en el último hoyo en el mismo campeonato.
La golfista sanfrancisqueña representó a la Selección Argentina en la Copa Los Andes 11 veces; torneo más fuerte de Sudamérica por equipos: “Tenía que ir bastante seguido para figurar en un ranking para ser designada en los Sudamericano con todos los inconvenientes que se presentaban al vivir tan lejos. Jugué 11 veces el Campeonato Sudamericano, llegué a conocer muchas canchas. Tengo 7 copas de esos torneos donde figuran los nombres de los campeonatos”, pero además Amanda ganó cuatro veces el Interclubes Nacional con el Córdoba Golf Club: “Hemos disfrutado muchísimo, jugábamos siempre para ganar, pero sabiendo perder también, pero este deporte me ha dado muchas satisfacciones”.
Los mundiales de Amanda
“Es un orgullo muy grande representar el país, estar en las ceremonias viendo flamear la bandera de tu país es muy emotivo. El primero en 1976 en Portugal, después en el ´78 en las Islas Fiji y en Suiza en el ´82. Realmente un orgullo muy grande, por supuesto no hemos ganado, pero no salíamos en tan mala posición”.
Viaje a Augusta, la catedral del golf mundial
“Me temblaban las piernas, no podía creer que estaba ahí. Tan perfecto todo, tan prolijo, parecía todo dibujado. Pudimos ver a los principales jugadores, verlos en Augusta fue emocionante. Esa vez que fuimos, en 2014, no estaba Tiger Woods que fuimos con esa ilusión de verlo, pero si el resto. No se puede creer el golf que juegan ellos, le pegan muy fuerte a la pelota, las canchas son más largas por eso, han cambiado las pelotas, los palos, realmente siempre aparece algo nuevo”.
Ser profesional, ¿Sí o no?
“Nunca quise ser profesional, primero porque no me consideraba que jugaba para ser profesional, tenía que dedicarle un tiempo dejando a la familia, nunca se me ocurrió ser profesional, admiro a las que lo son, pero no estaba capacitada”
Reconocida como deportista destacada en la Legislatura
“No sé si lo merecía, fue un orgullo muy grande estar en la Legislatura, lo recibí con mucho agrado por haberme distinguido de esa forma”.
Hoyo en 1
“Por suerte, casualidad hice como cinco hoyos en 1. En el Jockey Club de Rosario fue el primero, después en Bolivia en el día de práctica del Sudamericano, la buscamos a la pelota porque no la veíamos y había entrado. En La Cumbre también, en el hoyo 7 que está en el Hotel Victoria, la suerte siempre ayuda más allá de pegarle bien”.
Un mensaje a los chicos
“Jugar al golf es un placer, que lo tienen que tomar sin complicarse, queriendo ser el mejor, sino practicar mucho, no desilusionarse cuando las cosas no salen como quieren porque el golf es un deporte difícil, si pueden comenzar de niños mucho mejor, que entrenan mucho y que lo tomen realmente como un placer y no como una obligación, disfrutar la cancha de golf es impagable. El comportamiento en el golf es fundamental, el saber ganar, el saber perder”.
Una anécdota de Fair Play
“Estábamos jugando un par 5, era la final del campeonato nacional que perdí en el último hoyo. El green tenía mucha pendiente, cuando apoyo el putter para mí la pelota se movió un poquito, me quedé sin saber, pregunté si alguien vio porque ni yo mismo me había dado bien cuenta. Entonces llamaron al oficial de cancha y me dijo que tenía que decidirlo yo, estaba con tres golpes en el green y dije fuerte ´voy a jugar mi quinto golpe´, fue un golpe de multa; acepté que la pelota se había movido, ese hoyo lo perdí, en el 16 hice birdie, en el 17 estaba jugando contra Susana Garmendia, salí mal desde el tee, terminé haciendo par y ella tenía un putt corto y lo erró. Fuimos al último hoyo, ella hizo par y yo bogey y perdí. Me sentí totalmente tranquila de haber tomado esa decisión, me hubiese arrepentido toda mi vida si no”.