El sanfrancisqueño, de regreso luego de haberse consagrado campeón del mundo, fue recibido como se merece. En Formar, lugar en el cual desarrolla su preparación física, se reunieron deportistas y familiares para homenajearlo.
Con apenas 17 años, Benjamín Loyola logró una hazaña que quedará en la historia del deporte local: se consagró campeón mundial juvenil por equipos en el Mundial de Taekwon-Do ITF disputado en Barcelona.
Detrás del logro hay una historia de esfuerzo, planificación y transformación que tuvo su eje en Formar, el Centro de Formación y Perfeccionamiento Integral Deportivo donde entrena desde hace dos años, complementando lo que realiza en el Sport Automóvil Club. Allí se gestó su desarrollo físico y mental, bajo un proceso meticuloso guiado por profesionales del área de Alto Rendimiento. Día tras día, Benjamín entrenó con constancia y dedicación en el gimnasio del centro, combinando rutinas de fuerza, potencia, movilidad y acondicionamiento, adaptadas a las exigencias de un deporte de contacto donde la velocidad y la técnica deben ser sostenidas por una base física sólida.
“Los resultados no llegan por arte de magia. Los procesos son largos…”, compartió el equipo de Formar en redes, resaltando la disciplina del joven atleta. Benja es parte del Programa 200 Becas Agroideas – Formar que apunta al desarrollo físico de deportista.
Una preparación profesional para un desafío internacional
La planificación llevada adelante en Formar estuvo centrada en un enfoque integral, siempre en coordinación con sus entrenadores y la Selección Argentina. Benjamín contó que su preparación incluyó entrenamientos intensivos durante fines de semana y concentraciones con el equipo nacional.
“Hace tiempo que vengo entrenando en Formar, la verdad que fue profesionalizar mis trabajos, fue una manera totalmente de prepararme y eso me ayudó para competir a estos niveles como es un mundial. Fue hermoso, durísimas las peleas, siempre tuve una cierta confianza que gracias a todos los entrenamientos que llevé adelante me iba a ir bien. Recuerdo la pelea con Estados Unidos, el entrenador me llama y me dice que me tocaba a mí, veo que enfrente se para el rival de unos 100 kilos. En los primeros golpes vi que lo podía mover y ahí creí más todavía, eso fue clave, me di cuenta que podía”, contó el atleta que pesa aproximadamente 70 kilogramos.
En la final del Mundial, Argentina venció 3-2 a Irlanda, y Benjamín fue quien aportó uno de los puntos para que el equipo se subiera a lo más alto del podio. Fue el único cordobés en integrar la Selección Juvenil.
“Estoy muy contento, muy feliz por el triunfo. Fue una experiencia increíble a nivel deportivo y humano… fue una experiencia que me hizo un clic”, declaró tras volver de España, donde fue clave en la victoria argentina.

Una bienvenida merecida y un modelo de formación
El regreso a San Francisco fue emotivo. En el gimnasio de Alto Rendimiento de Formar, compañeros, entrenadores, familiares y referentes del deporte lo recibieron con un agasajo especial. Fue un reconocimiento no solo al título mundial, sino también a todo el proceso que lo llevó hasta allí.
“Estoy muy agradecido por el recibimiento, por la gente que estuvo y por todos los que me apoyaron en este camino”, dijo Benjamín.


