Con la fecha de inicio ya confirmada para el 2 de noviembre, San Isidro cierra su estructura de equipo de cara a una nueva temporada en la Liga Argentina de Básquet.
El equipo dirigido por Sebastián Porta volverá a la competencia con la ilusión intacta de ser protagonista, tras haber estado a solo un paso del ascenso en la 2024/25. La estructura está prácticamente definida: siete fichas mayores, tres U21 (U23 oriundos) y el resto completado por juveniles del club que vienen formándose en el semillero. Una combinación que busca equilibrio, experiencia y proyección.
El equipo toma forma
Con la base del equipo que llegó a la final frente a Racing de Chivilcoy, el “Rojo” mantiene gran parte de ese plantel. Los que continúan en la institución: Nahuel Buchaillot, Jerónimo Suñé, Julián Eydallín, Lautaro Mare, Jeremías Diotto y Manuel Lambrisca.
Como refuerzos, el norteamericano Christopher Hooper, un viejo conocido que regresa a la institución tras dos temporadas anteriores con muy buen rendimiento. Además, incorporó a Luciano Ortíz, de reciente paso por Racing, con quien justamente San Isidro disputó aquella final. Un fichaje que aporta intensidad y conocimiento de la categoría.
La única ficha mayor que resta confirmarse parece tener nombre y apellido: Marcos Saglietti está muy cerca de convertirse en el “último pasajero” del tren que manejará Porta.
Cambios y continuidad
Respecto al plantel anterior, son tres los nombres que no seguirán: Santiago Bruno, quien jugará en Almafuerte de Las Varillas, Nicolás Álvarez, que continuará su carrera en Salta Basket, y Facundo Sanz, que se sumará a El Talar.
En cuanto a las fichas U21, Emilio Boyé ocupará uno de esos lugares. Boyé es una de las promesas surgidas de la cantera “santa”.
La preparación, en cuenta regresiva
La pretemporada comenzará a mediados de septiembre, con el objetivo de llegar en las mejores condiciones al debut oficial. El cuerpo técnico ya trabaja en el diseño de entrenamientos, planificación física y calendario de amistosos.
