Marcelo Inalbón, está en el escuadrón que se encarga de reaprovisionar combustible a los helicópteros del Dakar para la empresa SurtiRally. Es uno de los sanfrancisqueños que está viviendo por primera vez la experiencia del desierto. Aprovechó sus conocimientos de mecánica y salvó del abandono al italiano Giovanni Gritti.
“Estoy en un pueblito con un nombre muy largo, difícil de nombrar”, le dijo a DIARIOSPORTS Marcelo Inalbón, uno de los sanfrancisqueños que se encuentra en Arabia Saudita siendo parte de la empresa SurtiRally que reaprovisiona de combustible al Dakar desde el año 2009.
Es mecánico de máquinas agrícolas y está vivenciando por primera vez todo lo que engloba el mundo Dakar. Su equipo, es uno de los nueve que está encargado de proveer a los helicópteros de combustible en diferentes puntos GPS.
Tras subirse por primera vez a un avión, Marcelo llegó a Arabia Saudita y en medio del desierto hace lo que puede para comunicarse con un árabe y un hindú: “Como experiencia, maravillosa. El circo que tiene el Dakar es impresionante, digno de ver. El que tenga la oportunidad alguna vez en su vida que no se lo pierda, esto es un mundo aparte, cosas increíbles, vivencias día tras día. Ahora yo estoy con un árabe y con un hindú, manejándome con traductor, difícil de operar, pero gente buenísima que me tratan de maravilla. Estoy conociendo un helicóptero que nunca estuve la oportunidad de estar cerca, relacionándome a como se pueda, súper agradecido de estar acá, es una bendición total; disfruto minuto a minuto lo que me está pasando”, contó.
Pero allí no termina su vivencia, en los últimos días le tocó afrontar una situación por demás particular: “Marcelo, vení, hay una moto que está parada que no arranca, fíjate si podés ver que tiene”, le gritó desde lejos Nicolás, otro de los sanfrancisqueños en Asia Occidental.
Era una Honda 450 Rally CRF, diferente a las cosechadoras o tractores que habitualmente repara, pero se concentró y fue en busca de la solución. Se trataba del piloto italiano Giovanni Gritti, que está compitiendo por primera vez en un Dakar y a poco de bajar los brazos y desertar.
“Estaba esperando un helicóptero para cargarle combustible, vino Nico y me llamó porque se le rompió la moto a un competidor, fui para allá, no le entendía nada; traté de explicarle que le diera marcha para ver qué pasaba. Lo primero que hice me fijé en la línea de combustible que no estaba pasando porque tiene tres electroválvulas, había una que estaba en corto que no dejaba pasar el combustible, anulé esa y agradecido total el muchacho y súper agradecido yo de que se me presente esta oportunidad y poderle brindar mis servicios a una persona que literalmente no la conozco, que lo único que me dijo fue sacate una foto conmigo y ahí está la foto que tengo con el piloto de la moto”, contó.
Marcelo Inalbón lo disfruta, lo vive, lo siente.
