Todavía en Salta, a la espera de poder embalar todas sus pertenencias y volver a San Francisco un año después de su partida. Santiago González, de forma sincera, habló con DSP sobre el regreso a los Halcones Rojos.
Con la claridad que lo caracteriza, llevando más allá de lo común sus respuestas ante la consulta de DIARIOSPORTS. El santafesino volverá a San Isidro cuando menos lo esperaba, aún reconociendo que le dolió su salida hace 12 meses atrás.
Santiago González tuvo que preparar las valijas, tras tres temporadas en el “Santo”, y partir rumbo al norte del país. Salta Basket lo contrató y la pandemia no solo obligó a suspender la Liga Argentina, sino también a modificar los planes como familia que tenía el jugador de 36 años.
“Por la edad, por mi franja etaria, se veía difícil volver a San Isidro. Al llegar a Salta analizamos como familia poder establecernos en un lugar, dijimos de hacer el último esfuerzo priorizando lo económico y laborar para luego asentarnos, pero la pandemia generó cambios de proyectos en todo sentido. Para nosotros San Isidro era lejano, pero la propuesta de ser plan B pasó a ser plan A. Vamos a postergar los proyectos como familia, porque está bueno ir en medio de una pandemia a una ciudad donde tenemos gente conocida, gente que queremos y nos quieren, tener un futuro no incierto es muy bueno dentro de toda esta incertidumbre”, reconoce el psicólogo y jugador profesional.
La 2020/2021 será la cuarta temporada de González en los Halcones, número por demás importante para estos tiempos, cuando la continuidad de apellidos en instituciones cada vez es más escasa: “Será el único club en el que jugué cuatro temporadas, superando mis inicios en Pedro Echagüe de Buenos Aires que estuve durante tres años. San Isidro será en mi carrera el equipo en el cual más años estuve, en el cual jugué más torneos”, avisa.
¿Te sorprendió el llamado?
Me sorprendió el llamado, sí. Sabiendo que había estado muy predispuesto a quedarme el año pasado y no se dio. Me tomó un tiempo digerir el no continuar y tenerme que ir a Salta. Pero eso me dio un sentido a lo que es nuestro trabajo profesional, que no se comparte, pero que se entienden que están en juego, que no estuve dentro de un proyecto ni dirigencial ni del cuerpo técnico, ese es el significado que le di, porque es así, no vuelve ni con recelos de nada, ni broncas, sino que es saludable pensarlo así; pero no te voy a mentir que no me generó algo de bronca cuando me llamaron.
¿Cómo estas viendo el armado del equipo?
Me parece que hay muchas veces que se arman equipos con una perspectiva y después ese equipo sorprende llegando más arriba de lo esperado y muchas veces sucede lo opuesto, de que tenés una planificación para llegar a un lugar y se llega a otro. La mirada del jugador está más en vivir el día a día para darse cuenta para que está preparado el equipo. A medida que se van sumando los entrenamientos se puede saber los objetivos que se pueden trazar a corto plazo; es diferente la planificación que pueden hacer a nivel dirigencial y de cuerpo técnico, a la que hace un jugador.
¿Puede llegar a ser tu última temporada?
Puede llegar a ser, no un sí rotundo, pero hay muchas posibilidades que sea mi última temporada por como lo estamos viendo a nivel familiar. Queremos llevar a los chicos a vivir a un lugar fijo, ya sea Santa Fe o Posadas, de donde somos nosotros y hay muchas conversaciones como familia desde ese lugar. Tengo 36 años, quiero empezar a darle más prioridad a mi señora, a mis hijos para darle más estabilidad a ellos. Yo soy muy familiero, no me veo yéndome a jugar solo a algún equipo. En base a todo eso, mi futuro como jugador estaría llegando, posiblemente, a un final.