Ganar el primero, después de tantas malas fuera de San Francisco. Era lo más complicado y lo pudo conseguir recién en el partido 17. No fue desgracia para el “santo”, sino todo lo contrario en Tafí Viejo de la provincia de Tucumán al superar a Talleres 98 a 97; ventaja solo de uno que podría haber sido mayor, pero el propio nerviosismo por sacarse la mufa lo llevó hasta la última pelota.
Poco importa ahora eso, para buenas rápidamente volvió a alejar los fantasmas de la última posición. Los otros resultados no le estaban jugando a su favor, pero con este triunfo se acomodó para afrontar el sprint final con una leve ventaja, pero diferencia al fin.
En el juego, el rojo contó con un goleo repartido; en ataque volvió a ser muy solidario encontrando siempre al mejor ubicado. Cinco jugadores con dos dígitos en puntos, la fluídez fue constante, sin tener que depender de una sola pieza; ahora Okoye se dio el lujo de tener una “laguna” en la noche sin tener que lamentarlo. ¿La cuota pendiente?, nuevamente la faz defensiva.
Los últimos minutos del choque fueron de ajedrez, falta y a la línea por un lado. Pérez Tapia con su mente fría pese a sus 19 años fue clave. En el otro aro se sufrió por errores propios, pero igualmente Sciutto con 2 de 2 en el cierre liquidó las cosas. El local metió una bomba desde afuera para ponerse suspenso al lumínico.
Ganó San Isidro y es noticia; pasó mucho tiempo desde aquel triunfo en Villa Ángela en la temporada pasada, pero la estadística en calle Corrientes quedará solo como un mal recuerdo.
Este sábado encarará el partido con un rival directo sin la soga al cuello. Visitará en Santiago del Estero a Independiente.
Parciales: Talleres 24/ San Isidro 19 – 21/30 – 18/16 – 34/33.
