No alcanzarán estas palabras para poder graficar en letras lo que significó la temporada de Liga Argentina para Bruno Barovero. El sanfrancisqueño ha tenido una actuación brillante, sin “lagunas”, de principio a fin determinante, clave y esencial para conseguir el ascenso a la máxima categoría de nuestro básquet.
Pasamos lista: campeón de la Liga Argentina, ascenso a Liga Nacional, MVP de las finales, MVP de la temporada regular, Campeón del Súper 4, Clasificación a la Copa Sudamericana, Primero de la Fase Regular en la Conferencia Norte y goleador absoluto. No dejó nada, no hay ni siquiera un mínimo de lugar a la duda, todo fue de Barovero.
Libertad de Sunchales jugó para él y con él. Pero él no solo que no defraudó a la presión que se le generaba por tener que ser el jugador franquicia, sino que también supo cómo buscar alternativas cuando los rivales intentaron pararlo (no lo lograron). Aumentó sus estadísticas en asistencias, la para nada despreciable cifra de 4,1 por encuentro.
Nos metemos en más números, Libertad disputó en toda la temporada 2017/2018 un total de 56 partidos, desde su debut hasta el ascenso en Olavarría. Barovero no faltó a uno, los jugó a todos promediando 34.9 minutos y 28.3 puntos. Fue el jugador que más faltas recibió, más de 6 en cada presentación.
El propio Bruno necesitaba un título, goleador ya había sido, pero conseguir un ascenso que corone toda su performance es distinto. Pegó el salta, explotó en todas sus funciones y dejó en claro que la Liga Argentina ya le queda chica.
A San Isidro
Su pasado en el “santo” no lo movilizó. Barovero siempre fue verdugo de San Isidro. En el primer enfrentamiento convirtió 31, en el segundo aportó 28, llegó a 38 en el tercero y se despachó con 40 en el cuarto.